Dieciocho de los setenta grabadores que en 2018 participaron en el Primer encuentro de grabadores realizado en Medellín, a iniciativa de la Fundación Ángel Gómez, son los protagonistas de la exposición Más allá del encuentro, que abrió sus puertasel pasado martes 3 de diciembre y se extenderá hasta el 10 de enero en la galería de arte de la Asociación de empleados del BID.Las artistas Ana Fernández yMale Correa, que viajaron desde Medellín para la apertura de la exposición,Monica Porro, directora de la Galería;Claudia Rousseau, crítica de arte, y Félix Ángel, líder de la exposición en Washington, durante la inauguración de la exposición.Después del exitoso Encuentro de grabadores, Félix Ángel y el grupo organizador lideraron la convocatoria a organizaciones creadoras de eventos artísticos, como Artomatic y Hamiltonian Artists, para que una selección de las obras que estuvieron expuestas en noviembre del pasado año en Parques del Río, se presentara en Washington. La selección, explicó Félix Ángel, se realizó atendiendo la disposición de espacio de la galería que dirige Mónica Porro. Lea también: ¿Qué tal una Feria de grabado en Medellín?Ángel explicó también que este evento se propone demostrar en una de las capitales del arte que 'el grabado esá vivo en Medellín' y que esa técnica está siendo explorada por artistas que despliegan 'imaginación, habilidades, entusiasmo y compromiso para descubrir las posibilidades de sus técnicas'.Monotipo, obra de Armando LondoñoEn la exposición participan los artistasDiego Arango,Álvaro Botero Gallego,Juan Ernesto Correa,Male Correa,Ana Fernández,Hernando Guerrero,Armando Londoño Gómez,María López,Carlos Marín,Camila Maya Monsalve,Luis Fernando Mejía Jaramillo,Victoria Ortiz, Julio Sampedro Longas,Fabián Rendón,Jorge Rodríguez,Jessica Paola Sánchez Barba,Mónica Lorenza Taborda G. yLuis Fernando Uribe, De ellos apenas los fallecidos Fabián Rendón yLuis Fernando Mejía, así como Victoria Ortiz, Armando Londoño yHernando Guerrero habían participado en exposiciones en Washington DC.Le puede interesar: Nueva experiencia para MedellínDentro de las actividades asociadas a la Exposición, el próximo 11 de diciembre se realizará un conversatorio de Félix Ángel con la crítica de arte Claudia Rousseau sobre esta exposición y el estado del grabado en Medellín.Obra de Luis Fernando Uribe, de la serie ArbóreaLos eventos preceden la preparación del Segundo Encuentro de artistas grabadores de Medellín, a realizarse en 2020 con el apoyo de Comfama, según informaron sus promotores.
Es el momento de ver arte internacional de primera calidad con la Itinerancia Medellín en el Museo de Antioquia de la 33 Bienal de Arte de Sao Paulo, que estará en sala hasta el 23 de enero de 2020.La de Sao Paulo, Brasil, es la segunda Bienal de artes en importancia después de la de Venecia. Fue creada en 1951 y patrocinada y organizada en sus inicios por el Museo de Arte Moderno de la que es considerada la mejor ciudad para hacer negocios en América Latina, hasta 1962 cuando se creó y encargó de ello la Fundación Bienal de Sao Paulo.Con el nombre Afinidades afectivas, a esta exposición la componen obras de calidad y de factura internacional, “sus autores son artistas que hacen parte del circuito de arte internacional de primera línea”, detalló a EL MUNDO el director de Curaduría del Museo de Antioquia, Carlos Uribe Uribe.¿Cómo llegó a Medellín?Para las itinerancias de la 33 Bienal de Arte de Sao Paulo, la Fundación invitó al curador Jacopo Crivelli Visconti. “El concepto original que se escenificó en Sao Paulo estaba constituido por varios ámbitos museológicos: el concepto general de la exposición, las siete diferentes muestras organizadas por siete artistas que tuvieron el rol de curadores, las participaciones individuales de artistas invitados directamente por el curador general, y las relaciones de interpretación que se creaban entre todas estas instancias”, según se consignó en el documento de esta curaduría artística.Obra: El extraño alienígena de Sonia Catarina. Autor: Sofia Borges. Técnica: impresión mineral sobre algodón.No obstante, Uribe Uribe consideró que su paso por La ciudad de la eterna primavera se debe entender como un “caso original” en la cultura local. “La itinerancia de esta gran exhibición es inédita, es la primera vez que una ciudad colombiana tiene la posibilidad de ver una muestra de esta gran Bienal”, precisó.En la noción del curador Jacopo Crivelli Visconti, “se buscó enfatizar en obras, artistas y pensamientos que hacían parte de la 33 Bienal, separados y distantes, pero en tanto su cercanía y proximidad, se atraían reciprocamente, similar a las moléculas y otros elementos evocados por Goethe en la novela romántica Las afinidades electivas (1809), una de las referencias conceptuales del proyecto de Gabriel Pérez-Barreiro, quien fue el curador de la 32 Bienal”, así se explicó en el documento.Además, el curador del Museo de Antioquia expuso que aunque se han realizado muestras de esta Bienal en algunas ciudades de su país de origen en lo corrido de este año, la Itinerancia Medellín no es una réplica literal de lo que aconteció en última Bienal de la ciudad brasilera; en cambio, esta se constituyó como una relación de diferentes asociaciones a partir de fragmentos de obras y artistas que se exhibieron en el momento culmen de la 33 Bienal.¿Qué hay en sala?La 33 Bienal de Arte de Sao Paulo en Medellín es una muestra que contiene 68 piezas de 13 artistas de España, Austria, Islandia, Estados Unidos, Paraguay y Brasil, las cuales están a disposición del público en las salas temporales del Museo de Antioquia.Obra: Paloma. Autor: Benjamín Palencia. Técnica: Cemento y cerámica esmaltada.En datos más específicos, representa el 15% de la versión 33 de la Bienal de Arte de Sao Paulo, con los artistas invitados: Sofía Borges, Sara Ramo, Bruno Dunley, Ana Prata, Vania Minogne, Feliciano Centurión, Bruno Moreschi, Katrín Sigurdardottir, Antonio Balleter Moreno, Benjamín Palencia, María Laet, Matt Mullican y Oliver Laric.Como lo expresó Carlos Uribe Uribe, esta muestra es también una ocasión para ampliar y fortalecer algo que él llama el diálogo sur-sur, que indica entre instituciones culturales de la parte sur del continente.
Hugo Zapata y Nadín Ospina llevaban coqueteándose artísticamente hace varios años, ambos lo reconocieron. Y aunque sus trabajos han aflorado en dos espacios distintos, a estas plásticas en este 2019 un aire las juntó.135 obras de estos dos artistas contemporáneos conforman La Hermandad de la lanza, que se exhibe en AH Fine Art.Se trata de una muestra unida, una verdadera hermandad. No está uno por un lado y el otro aparte, una obra de Nadín, otra de Hugo y así hasta completar el recorrido.Cada pieza entró al espacio destinado en la Galería AH Fine Art para esta muestra como si fuesen dos hermanos siameses separados desde niños y que en este momento se reencuentran. Hay allí un total de 65 obras de Zapata y 70 de Ospina, piezas de todas sus épocas artísticas.“En la vida hay como regalos, a uno se le aparecen las cosas. A mí, Nadín se me apareció con su obra, me acerqué a su talento, pero, mejor aún, me acerqué a él, porque me atrajo el 'atrás' que tiene su obra, su memoria, algo de lo que mi alma buscaba, y lo descubrí”, así contó el maestro Zapata que se gestó el concepto de la exposición.¿Qué exhiben ambos?Mientras, Nadín Ospina hizo para esta hermandad una selección que mezcla elementos de muy diversa procedencia, algunos de la cultura pop, de los medio de comunicación y del universo del juguete entremezclado con otros códigos del pasado, específicamente del precolombino y la prehistoria, con materiales primigenios de diversas culturas y de la geología, el escultor Hugo Zapata eligió piezas que parten de la materia elemental, inclusive, muchas de estos elementos son la propia materia de cada obra, metales fundidos, otras que surgieron de lo volcánico o del material que yace en las entrañas de Colombia.Al detallar las piezas, las obras de Hugo Zapata y Nadín Ospina no son tan extrañas, es más, se logra apreciar en ambos trabajos una complicidad, ahí muy adentro. “Uno entra a la sala, a cierta hora que no haya nadie, y hasta las puede oír hablándose la una a la otra”, figuró entre risas el quindiano Zapata.Los artistas de la hermandadHugo ZapataNació en La Tebaida, Quindío, en 1945. Estudió Artes Plásticas en la Universidad de Antioquia. Es profesor emérito de la Universidad Nacional, sede Medellín, de donde se graduó como Arquitecto.Él describe su arte como una comunión. Repite constantemente: 'El arte es del hombre y la tierra ya escribía'.Nadín OspinaNació en Bogotá, en 1960.Realizó estudios en la Universidad Jorge Tadeo Lozano.Artísticamente, este plástico colombiano está en la permanente búsqueda de la identidad cultural.'Mi obra toda habla de los márgenes de la cultura, de lo que conforma el entorno. Considero que hay un problema fundamental en nuestra sociedad, y es la falta de autoreconocimiento'.
Andrés Felipe García Chiquito ingresó al batallón en Manizales, Caldas, en el año 2010, “ynunca quise recibir las armas”, contó.En el ejercicio de ser soldado, durante un proyecto de recuperación de favelas en Río de Janeiro (Brasil), en 2015, un niño de 13 años combatiente le expreso tenerle miedo por el solo hecho de ser colombiano, “aun cuando él tenía el fusil y yo unos pinceles”, relató.Ese episodio lo marcó, y para toda su vida, “en ese momento comprendí que mi camino no era lo militar, me reafirmó mi vocación artística; por eso me propuse, a como diera lugar, idearme la forma para crear un puente en el que el arte sirva para transformar la manera en que se nos ve”, declaró el artista.Y fue así como tuvo la osadía de hablar con el coronel de esa época en el batallón de Manizales, Caldas, a quien le propuso tener una formación militar “más cultural” dentro del mismo. Él no sabe cómo lo convenció, pero lo cierto es que en esa institución, tan históricamente estricta, literalmente le copiaron, y hoy cuenta con orgullo que fue dentro de las Fuerzas Armadas colombianas donde empezó a materializar sus sueños.Primero, como él expresó que le gustaba la pintura, lo pusieron a pintar con brocha todo el batallón, pero él quería era pintar con un pincel, así que más adelante le dieron la oportunidad de hacer murales, con ayuda de sus compañeros soldados, en algunas comunidades, como una forma de darle otra cara a los territorios.No obstante, lo militar no era, definitivamente, lo quería hacer de por vida, así que pidió ser reservista para estudiar una carrera profesional y conformar la Corporación Montañas de Colores, cuyo propósito es la construcción de arte comunitario, por medio de murales.Uno de los comandantes le dijo un día: 'Soldado Chiquito vaya y pinte usted la patria'. Y él lo ha hecho realidad.Gracias a su proyecto, Andrés Felipe García Chiquito se ganó, recientemente, el galardón Titán Caracol, en la categoría Cultura, un reconocimiento que otorga el público mediante votación (la transmisión de la gala será este domingo, 13 de octubre, después de Voz Populi Te Ve, en el Canal Caracol).Y ese Titán es el tercer premio que el Soldado Chiquito, como lo llaman, ha recibido en este 2019. “Este año nos nominaron al Caldense del año, quedé de segundo y me dieron la mención especial por Pintando Sueños, al ser un proyecto no financiado en el sector privado”, recordó. Además de otro galardón que recibió de parte de su universidad, la UCM (Universidad Católica de Manizales), de la que García Chiquito es egresado de publicidad.Su amor por el arte comunitarioAl abandonar el glorioso Ejercito Nacional, “tenía el firme propósito de que fueran los soldados y policías los que pudieran crear las obras conmigo. Me convencí de que esa era una forma de mostrarle a la gente que ellos, quienes han sido formados para la guerra, también están capacitados para liderar procesos culturales y de convivencia y paz”, rememoró.Y hoy en día, tras cuatro años, ha sido gracias a la ayuda de policías, soldados y excombatientes, que el también llamado Felipe Chiquito ha logrado plasmar en su arte mensajes positivos.“Iniciamos con la idea de llegar a cada lugar del territorio caldense, vinculando a los colegios, a las familias, a la comunidad, a los indígenas”, relató el coronel Gerardo Avilán Villalba, comandante del Batallón Ayacucho.En las cuentas de García Chiquito, cerca de cuarenta escuelas de todo el departamento de Caldas han sido embellecidas con sus murales. Pero sus pinturas no solo han “cambiado la vista” en las instituciones educativas, también han adornado parques infantiles, parques municipales y hasta hospitales.Por ejemplo, uno de los murales más grandes que ha hecho está en la fachada del Hospital Infantil Universitario Rafael Henao Toro en Manizales, de 2.600 metros lineales; en particular, el concepto de esta obra fue cocreado con niños que han estado en tratamientos por cáncer; ahí los pequeños decidieron hablar sobre la prevención y los cuidados del medioambiente y sobre las especies de flora y fauna de Manizales.Algo a destacar, es que las creaciones que lidera el Soldado Chiquito no quedan con la firma exclusiva del artista, de manera que trascienden la obra del pintor como tal, dejan de ser unos productos de él para convertirsen en unas obras construidas por toda la comunidad.Y como él mismo lo dice, ha pintado en todo lado en Manizales, tiene murales en 45 veredas. Además, “estuvimos en Pianguita (Buenaventura), en el Pacífico; en el Parque Nacional Tayrona, en Santa Marta, y en otros lugares de Chocó”, añadió el artista al relato. “Y de Antioquia nos han llamado mucho este año, espero que se concrete algo y poder también tener un mural en ese departamento tan hermoso”, consideró.Pero la obra artística de Felipe Chiquito no queda ahí. Su gran meta es llegar a todos los ejércitos y batallones del mundo, pero por medio del Ejercito Nacional, y sensibilizar a todos los soldados del planeta para que lideren diversos procesos de arte comunitario. “Estoy convencido de que los soldados son perfectas armas de paz, y lo pueden hacer a través del arte y la cultura, son soldados que crean y no que destruyen”.Y como si fuera poco, hará realidad su sueño de conocer a Alemania. Y allí será doblemente feliz, pues fue invitado a plasmar su arte en una de las actividades conmemorativas de los 30 años de la Caída del Muro de Berlín, viajará esta semana, el jueves 17 de octubre, “pintaremos en el muro algo alusivo con la unión internacional y el medioambiente”, adelantó. Después podrá recorrer algunos países de Europa, para luego estar el 15 de noviembre en una bienal artística en Madrid, España, y así el arte del Soldado Chiquito se hará internacional.Colombia eligió a los Titanes Caracol 2019Andrés Felipe García, Claudia Urrego, Jorge Iván Cadavid, Luz Dary Bonilla y John Berrío.En el Teatro Mayor Julio Mario Santo Domingo, en Bogotá, se realizó la ceremonia de premiación de la quinta edición de Titanes Caracol, el pasado miércoles 9 de octubre.Fueron cinco los Titanes ganadores, Jorge Iván Cadavid, en la categoría Tecnología e Innovación, patrocinada por Enel Colombia; John Berrio López, en la categoría Sostenibilidad Ambiental, patrocinada por Esenttia; Luz Dary Bonilla, en Educación, patrocinada por la Universidad de la Salle; Claudia Patricia Urrego, en Salud y Bienestar, patrocinada por Coosalud, y Andrés Felipe García Chiquito, en la categoría Cultura, con patrocinio de Caracol Televisión.Los cinco Titanes Caracol 2019 recibirán el acompañamiento personalizado por parte de Compartamos con Colombia, la cual empoderará, guiará y dará las herramientas necesarias a estos cinco proyectos para lograr un mayor nivel de gestión, mejorar su impacto y potencializar sus iniciativas para que se vuelvan proyectos sostenibles.
Una exposición de cuerpos humanos reales cuyo atractivo es el poder observar el interior del cuerpo humano. No se trata solo de que los asistentes se maravillen con lo que son los órganos en sí, más bien para que los aprecien además como arte; eso es Bodies, la exposición científica más visitada del mundo y está en Medellín, hasta el próximo 3 de noviembre, en el tercer piso del centro comercial Viva Envigado.Y es que los humanos se acostumbran a acciones como caminar, subir escalas, estirar su cuerpo al despertarse, mover su boca en la gesticulación o comunicarse mediante el movimiento de otras partes de su cara, lo que no interiorizan a diario es información como cuál es la función que cumple cada una de las partes que poseen, cuándo y cómo se utilizan los más de 600 músculos, los 206 huesos o los 21 órganos de su cuerpo.No obstante, para que los atractivos de esta muestra se puedan apreciar artísticamente, primero se debieron surtir unos procesos científicos, bastante largos, de mínimo un año. Cada una de las partes y cuerpos enteros que están exhibidos fueron pasados por la plastinación, en el que se deshidrata el cuerpo, se le quitan los fluidos, la piel y luego se le inserta silicona y una resina epóxica, o epoxi, que hace el cuerpo quede sellado y por ende se detenga su descomposición. Según explicó Daniela Sanhueza, directora de la exhibición.Cada sala cuenta con expositores, quienes son profesionales de la salud, entre médicos, fisiólogos o enfermeros, que ayudan a que la visita por las fases de la muestra sea, en realidad, educativa. Además, los especialistas no solo explican el funcionamiento de los órganos, también las patologías de los mismos.Esta exhibición cuenta con 1.500 metros cuadrados y está diseñada para aprender durante más de 50 minutos, pasando por ocho salas.Cabe destacar, en el tiempo que ha estado en sala, por la muestra se han visto a estudiantes de arte dibujando las partes del cuerpo, a estudiantes de medicina aplicando los conceptos vistos, a profesores dictando clases de anatomía, a fotógrafos exigiéndose para capturar el detalle de los cuerpos y hasta a madres y padres de familia respondiendo preguntas de sus asombrados hijos con el realismo de lo que pueden apreciar.La plastinación es una técnica que consiste en utilizar solventes para remover el agua y lípidos del cuerpo para conservarlo. Dentro de este método algunos elementos son sustituidos por polímeros como silicona y resina epóxica manteniendo los cuerpos y órganos intactos con sus formas, colores y texturas.¿Qué hay en sala?En el orden del recorrido, primero, se podrá apreciar el proceso de conservación de los cuerpos; segundo, conocer todo sobre el sistema óseo y cómo el ser humano logra ponerse de pie; tercero, apreciar en detalle el funcionamiento de los músculos; cuarto, ver de cerca cómo es el corazón, y quinto, observar las estructuras del sistema nervioso.Además, en las salas seis y siete, tienen exhibidas las partes de los sistemas respiratorio, digestivo y reproductor. “Es una multisala, que se llama así porque ilustra esos tres sistemas, la novedad es la posibilidad de apreciar gran cantidad de órganos, por ejemplo, y por separado, está el intestino, el estómago, la vejiga, los riñones, el esfínter, los pulmones y hasta la formación gestacional del hombre, ahí se ilustra cómo a partir de los cuatro meses de gestación ya los bebés tienen huella digital”, narró Alejandra Urrea, estudiante de medicina de la Universidad Cooperativa de Colombia y una de las expositoras del lugar.Mientras que en la última, se encuentran cuerpos completos, que lo que hacen es mostrar las posiciones o posturas habituales que los hombres hacen. Por ejemplo, cómo es sentarse, saludar o cómo se estira una bailarina al danzar. Los cuerpos de esta sala permiten ver todos los sistemas en su conjunto.En sumatoria, esta última sala “permite unir los conocimientos de todas las anteriores, y aparte de eso, dar la visión más artística que tiene la muestra, porque (como se mencionó ya antes) esta no tiene solo el propósito de ilustración educativa y medicinal sino que también tiene el componente artístico del cuerpo”, declaró Ricardo Samora, otro profesional de la salud que enseña sobre el cuerpo en Bodies.Finalmente, dijo Daniela Sanhueza esta exposición fue creada para niños, jóvenes y adultos, para quienes desean conocer y se permitan sorprender con las maravillas del cuerpo, ella hizo énfasis en que no es solo para quienes están relacionados directamente con el área de la salud, “la idea es que todos se ilustren con la exposición”, precisó.De interésEntrada general adultos, $22.000; entrada promocional adultos, lunes a jueves a $18.000; niños de 3 a 12 años, $15.000; promoción especial para colegios, reserva mínima de veinte alumnos, cada uno pagaría $10.000, y un docente ingresará gratis.Los informes y las reservas en los móviles 350 8776651 y 315 4083895. Además, más información en el e-mail: medellin@bodiescolombia.com.Además, para colegios hay promoción, la reserva mínima es de veinte alumnos, cada uno pagará $10.000 y un docente podrá ingresar de forma gratuita.
Por: Juan Pablo Pineda ArteagaGuillermo Correa Montoya es un docente, académico e investigador social que se ha interesado por trabajar en temas de sindicatos, así como asuntos y expresiones humanas; entre estas, el que quizá marca más su interés ha sido el de la sexualidad y las prácticas sexuales en la sociedad antioqueña, reconocida por su tradicional ideología conservadora, recatada y temerosa a los cambios.Más allá de sus múltiples investigaciones, trabajos académicos y publicaciones, Correa es también, como se define él mismo, un “aprendiz de pintura” aficionado que pinta por placer. En las últimas semanas, este académico expuso en la biblioteca de la Universidad de Antioquia una obra titulada Ojos, jaulas y plumas, en la que expresa, por medio de colores fuertes y figuras sugestivas, su mirada sobre la sexualidad, sobre la apropiación corporal y sobre el concepto mismo de deseo en una ciudad que aún se define entre su pasado religioso y los cambios de pensamiento en la época actual.EL MUNDO habló con él sobre su obra, su mirada a los temas que trabajay su visión al desarrollo que tiene como artista:¿De dónde surge la obra?Creo que hay una continuidad en mi trabajo. No me he salido mucho de un tema en el cual creo que tengo cierta persistencia y cierto interés, que es el tema del cuerpo y todos los vectores que puedan estar atravesando el cuerpo, y en ese sentido sobre todo el tema de la sexualidad, el deseo, lo periférico, la marcación, la segregación o vectores violentos que crucen sobre el cuerpo y la sexualidad.Este último trabajo habla de un proceso de ir planteando una mirada frente al deseo que se atraviesa y enreda a los cuerpos, que los pone en una tensión problemática; hay disfrute y culpa. Es un juego de desafío, pero también hay un repliegue de susto al mundo exterior que los mira. Por eso se llama Ojos, jaulas y plumas en general; es el juego entre el interior placentero y un exterior medianamente inhóspito.¿Por qué cree usted que han tratado de esconder el sexo en esta sociedad antioqueña? Otro de mis intereses como investigador ha sido el tema de sexualidad, pero en el apartado histórico. Una sociedad como la nuestra siempre ha considerado que la sexualidad tiene que ser para la reproducción activa, o sea, el sexo tiene que ser productivo en términos de ciertos rendimientos; esta sociedad no entiende lo que no vaya en términos de ganancia o rendimiento, y el sexo hace parte de esas medidas.Esta sociedad, de algún modo, instituyó una idea muy fuerte del sexo como un deber, el sexo como producción y creo unos contornos o torniquetes sobre los placeres solamente como placeres y el deseo simplemente como deseo, pensando que el placer y el deseo hacen parte de ese ocio que históricamente la sociedad no logra soportar. Mi propuesta ha sido justamente hablar de eso, de lo que hemos callado y crear cierto pliegue cotidiano de esto que se ha buscado esconder, crear un quiebre en la anormalidad que le se ha dado a unas prácticas proscritas para ponerlas en un plano de lo simple, lo cotidiano, lo ordinario.¿Cómo actuar como sociedad para entender que hay cambios en las ideas, en los momentos y en las formas de pensar el cuerpo y las libertades?Siempre me enredo con el asunto del qué deberíamos hacer, porque me parece complicado que las sociedades terminen hablando sobre medidas frente a la sexualidad, porque se crean nuevos canales de regulación. Me parece que la sexualidad debería ser una de esas esferas tranquilas del mundo social, de la que habláramos con tranquilidad y frescura para no ubicarlo en el lugar de lo reservado, lo oscuro y lo sucio. Creo que generar un campo de tranquilidad y de exploración podría reducir las tenciones sociales. A la gente le hace falta tener más sexo para estar más relajada. Por eso creo que el cuerpo, el sexo y estas formas hacen parte en principio de la sexualidad en un sentido de diversión, del cuerpo que se apropia de sí mismo y lo pasa bien. Si fuéramos más hedonistas habría menos culpa, porque la culpa genera sujetos incómodos.Me parece que todas esas regulaciones que ha establecido la sociedad en el tema del sexo hace que ocurran a diario asuntos delictivos en relación a esas formas del sexo, que seguramente en unos diálogos más abiertos, en los que la gente se reconciliara con su sexualidad, habría menos perversidad en algunas formas, la violencia contra los niños, por ejemplo.¿Qué tan importante es tratar estos temas con niños y jóvenes?Nosotros como cultura vivimos un neopuritanismo complicadísimo. Desde hace unos años se volvió un asunto paradójico: hasta los años 70 la Iglesia tuvo un domino absoluto sobre el cuerpo acá en la ciudad, en todas las formas, sobre todo en las mujeres. Los 70 y los 80 funcionaron un poco como cierta apertura sexual y digamos que en los últimos años a partir de cierto cuidado y ciertas discusiones en torno la violencia contra las mujeres y el acoso, volvimos a entrar en una condena sistemática a todas esas formas de aproximación corporal y esas formas de placer, y cada vez desexualizamos más a los niños, es decir, les sustraemos la sexualidad a los niños, entonces volvimos al asunto de no hablar sobre el tema. Si habláramos de sexualidad y todo lo que implica, el cuidado de los otros, el cuidado de sí mismo, desde edades tempranas, sería más fácil todo. Para los niños es fácil entender las dimensiones de la sexualidad y el cuerpo porque no tienen todavía los prejuicios culturales.¿Para los adultos es difícil hablar de eso porque no lo entiende más allá de lo moral o ético?Claro, porque lo viven con culpa, lo viven con susto, a intervalos entre su vida pública y su vida íntima. Se vive con demasiada ansiedad y culpa las formas del placer sexual, más que la sexualidad en sí misma. De eso no se habla con mucha gente, y cuando se habla sobre eso, se construye una idea de morbo explícita.¿El desprendimiento sobre el miedo al sexo de algunos grupos sociales ha permitido crear nuevos sujetos políticos, nuevos ciudadanos, o todavía nos ha costado eso?Creo que ha habido desde los 70, y con mucha fuerza desde los 90, una maduración de unas ciudadanías emergentes, grupos sociales que han estado discutiendo su lugar en el mundo, pensándome contra hegemónicos y planteando preguntas culturales. Ha tomado mucha fuerza el tema de las diversidades sexuales y de las mujeres, pero todavía es una fuerza que se comunica al interior de los grupos, siguen siendo formas desexualizadas. Los grupos han estado muy empecinados en hablar de identidades, pero deserotizadas de un modo específico, y creo que eso obedece a una idea de que cuando hablamos menos de sexo es más fácil el reconocimiento.Al interior de estos grupos creo que el tema sexual ha sido interesante, aunque todavía no hace un efecto cultural clave. Pero también creo que hay amarres por el desconocimiento de las lógicas del deseo. Me parece que muchos grupos de diversidades sexuales plantean sexualidades políticamente correcto, pero deseo se escapa de eso. El sexo no se define desde los discursos racionales, porque el deseo es potencia y fuerza y explosión. Es como un intento de regular ya no desde lo cristiano sino desde lo político.¿Esta sociedad le tiene miedo al pensamiento, a la posibilidad o a la acción sexual en sí misma?Le tenemos miedo a las imágenes. Podemos jugar mucho con las palabras y con la ausencia de representación, que es una representación en sí misma, pero tenemos problemas sistemáticos con las imágenes, porque se vuelven contundentes, provocadoras o incómodas. Me parece por ejemplo que Débora Arangolo quehizo fue exponer las carnes, esas carnes que están hablando de vicios, atropellos y violencias culturales.Esta sociedad es capaz de lidiar con el desnudo políticamente correcto y estéticamente despolitizado, esa carne liza que no tiene pliegues y no habla de violencia, ni pobreza ni injusticia. Pero esta sociedad, respecto a la carne que habla de nuestras miserias, nuestras violencias o todo aquello que intentamos constreñir, se estremece cuando se la muestra a los ojos.¿Por qué esta sociedad valida más fácil el dolor que el placer?Porque nuestra formación cristiana nos ha establecido unos mitos de que todo se consigue a partir del sufrimiento, la persistencia y la bravura, y en consecuencia el placer se considera no productivo. He visto que algunos jóvenes hoy viven un modo de sexualidad no amarrada a la culpa, y eso enloquece a la sociedad. Los pelaos de 17, 18 o 19 años no está tan atravesados por la culpa de las anteriores generaciones. Eso es chocante para una parte de la sociedad.Lea también:La exposición que muestrala evolución de la cerámica popular en EEUU¿Puede haber desarrollo completo para una persona sin un avance en la sexualidad?El sexo nos enreda a todos. Uno está constreñido a regularla, a controlarla y a esperar que a partir de ciertas formas del deseo uno se estabilice. El sexo puede ser una señal de triunfo social o de alguien que está embalado en la vida. La sexualidad parece que abandona si uno no triunfa. Es una señal de triunfo o de derrota.La sociedad transmite el mensaje de fracaso para quien no se atreve. Es decir, si ubicamos el momento de universidad, uno ve que quien más sexo tenía era el más heróico. Esta sociedad tiene indicadores, por ejemplo, cuando alguien es huraño, es porque no tiene sexo o tiene mal sexo, mientras que, si tenés más sexo, se espera que seas más amable. La sexualidad es un mundo por explorar.Una de sus pinturas se titula Esos que no valen la pena. ¿Qué puntos de encuentro hay entre la falta de sexo y las personas que socialmente son relegados?Ahí tengo que decir varias cosas. En principio, mis trabajos en pintura no tienen un texto coherente que los explique. Tengo unos juegos iniciales en términos de imágenes o discursos que me crean indignación o desespero. Ese trabajo en particular lo hice al leer en el periódico un ataque xenofóbico contra alguien de Venezuela acá en Medellín, u otro mientras veía las noticias de los migrantes africanos ahogados en el mar Medeiterráneo que no ingresan al mundo de las posibilidades.Son imágenes que me generan incomodidad o rabia y me busco plantear una idea sobre eso, pero a veces las ideas no se corresponden con la imagen, entonces lo que hago es decir que los que no valen la pena son cuerpos que atraviesan experiencias del deseo y placer, y ubico un elemento que haga guiño a la violencia, la marginalidad o con el acto de borrar al otro. Es un juego contradictorio entre muerte y placer. Creo que el placer devuelve profundamente la humanidad en cada uno de los cuerpos. El placer te humaniza y te apropia corporalmente. Con este trabajo planteo unos placeres apropiados en esos cuerpos.Hablemos de la pintura La abeja reina. En esa pintura la postura del cuerpo del personaje se nota más liberada, que está muy tranquilo, parece un personaje que asume su completa sexualidad. ¿Con esa pieza usted plantea que sí se está desarrollando alguna libertad sexual?Esa obra tiene que ver más conmigo, es un asunto más subjetivo. La abeja reina es un momento en el que yo siento y veo en la calle cuerpos más divertidos, gente que ha pasado de ese lugar de la agonía entre el placer y la culpa a apropiarse de la diversión; la diversión es una apropiación de la soberanía corporal. Cuando hay un convencimiento de vos y te apropias de la corporalidad, de la gestualidad, ocurre una experiencia de divertirse. Le juego siempre a la plasticidad corporal con asuntos divertidos. Es bacano moverse entre la indignación, la inconformidad y la diversión. Es decir, revolcarse sobre el propio fango a veces desgasta mucho, pero también divertirse crea posibilidades.Sobre El amor no es apto para el consumo, ¿cómo clasifica usted al amor en este caso? ¿cómo puede verse el amor como un elemento de consumo?En realidad este trabajo es la historia de un amigo, que vivía con su compañera, y al escuchar una serie de asuntos fuertes de esa relación imagino justamente ese juego de consumir al otro. Ese gran amigo, que yo he visto en toda su amplitud corporal, liberal, que es una persona con una potencia muy fuerte, se ve reducido a su mínima expresión por jugársela a eso del amor. Es una obra bastante gráfica: hay un apersona muy apropiada del espacio, y otra que se consume a sí misma.¿Permitimos un sometimiento para cumplir con los parámetros establecidos a lo que entendemos por amor?Esta sociedad nos mete en unas ficciones muy problemáticas sobre lo que es realización, y parte de esas ficciones tienen que ver con que tu vida es medianamente completa cuando estás en la vinculación con un apareja, pero estás muy incompleto cuando estás solo con vos mismo. Hay un anhelo desesperante, o una obligación cultural por complementar la idea de una pareja, y a por mantenernos en ese esfuerzo, sacrificamos casi todo. El sexo tiene ese potencial de ser muy productivo o muy destructivo.¿Cómo se sincretizan en usted, desde fu faceta de artista, el deseo y el acto de crear?Es un juego. Es muy incomunicable lo que ocurre porque todo puede sonar muy Pablo Cohelo, pero me ocurre en principio que es un jugo de angustia y de placer, un juego de entrar en un universo que te pertenece solo a vos, y entrar a esa dimensión donde un estás vos con un espacio para crear y con una cantidad de potencia en los colores. Eso produce una angustia de que se crea a partir de vos; uno es una especie de demiurgo. Pero se tienen limitaciones profundas, porque una cosa es lo que querés crear, y lo que está ocurriendo, y ahí se da una tensión, un desgaste, un romance, una separación, un goce y un sufrimiento. El acto creativo es entrar en duelo con uno mismo. Es una pelea desgarradora y placentera. No entiendo a la gente que dice que el arte es para hacer terapia, no es mi caso, porque me genera mucha angustia plantear un lenguaje, es decir: yo intento decir algo, pero sucede que a veces no digo nada. Cuando a mí alguien me dice que mi trabajo es bonito, yo no sé qué pensar de eso, porque no estoy pensando en nada que tenga que ver con lo bonito; hay más tensión que belleza.¿Cómo es su trabajo desde lo técnico?Soy muy obsesivo, entonces pinto en acrílico porque es de secado rápido. He pintado en óleo, pero el óleo me obliga a disciplinarme, a concentrarme, a esperar y esperar, y no espero en la pintura, necesito que eso vaya estallando rápido, que tenga vibración y energía. La pintura siempre tendrá sus conexiones con uno, y depende de lo que pase con uno. Pintar es un modo muy importante de irse, de no estar, de no soportar la realidad.¿Qué sucede cuando termina una obra, qué siente?Pasan varias cosas. Con algunas pinturas uno crea un romance, con otras se siente mucha rabia. Hay otras que hago y las repinto; hay muchas que he repintado. Hay obras que uno sabe que son embaladas, o sea, se intentó hacer esto, o esto, y al final puede quedar interesante, pero diferente. Hay obras que se desechan y uno nunca quiere volver a ver. Hay otras que no quiero que se vayan nunca, que son para mí.Tengo unas ventajas. La primera es que no vivo del arte. Soy un artista con pánico. Estudié arte y nunca me quise dedicar a eso porque me daba mucho desánimo tener que preocuparme en vender. Lo incómodo de jugar a ser artista es que se espera no solo que uno cree sino que al otro le guste y que aparezca una transacción. No estaba dispuesto a eso porque no me sentía muy bien artista, aunque no soy artista sino pintor o aprendiz de pintura. Me gusta pintar aunque sea un arte despreciada hoy en día, para mí es un lenguaje decimonónico en el que me siento muy complacido.¿Cómo les pone precio a sus obras?Es difícil. Tengo amigos artistas y les pregunto, Cuando ellos me dicen un precio, le pongo la mitad, porque ellos son verdaderos artistas y soy un aficionado. También depende de lo que el otro represente para mí. Hay gente que me ha ofrecido dinero y no les he querido vender porque son arrogantes en eso de poder comprarte, y no les vendo. Hay otras que regalo porque veo muy interesada a la persona. Si la pintura significa mucho para ellos, a mí me parece bonito que se conecten.¿Cuándo usted entrega una obra, algo de usted se va con ella?Creo que sí, pero ese algo de mí es la piel que va cambiando día a día. Se va un momento mío, no me voy yo. Hay pinturas que recuerdo mucho, pero hay otras que nunca recuerdo. Me he encontrado con gente que tiene pinturas mías de cuando era adolescente y me sorprende que alguien conserve un cuadro mío de hace 20 años.
En el siglo XVII, la cerámica elaborada por los colonos en Norteamérica tuvo exclusivamente uso utilitario y careció de decoración, como se deduce de los ejemplos encontrados hasta ahora. Esta tradición se mantuvo hasta la mitad del siglo XVIII cuando inmigrantes alemanes en Pensilvania introdujeron relieves y decoraciones en Sgraffito (incisiones), y una paleta de color limitada al azul, verde y rosado, que contrastaba con el color de la arcilla crema, roja o café.Lea también: Arte y tragediaLa producción de objetos de cerámica pronto se extendió a Connecticut y Massachussets. Fue en el tercer cuarto del siglo XVIII en el que los ingleses, entrenados profesionalmente introdujeron la manufactura de cerámica cuya buena calidad animó a los colonos a mejorar su práctica. Fue así como se creó en Benington, Vermont (donde abundaba el caolín) la primera fábrica de cerámica que alcanzó su apogeo en la mitad del siglo XIX.Roseville – Jarrón de cuello alto con nenúfares - 31 cm. 1940La primera fábrica de cerámica que se considera propiamente estadounidense se estableció en Jersey City, estado de New Jersey, a comienzos del siglo XIX. Simultáneamente se abrió otra fábrica en Filadelfia (Pensilvania). McCoy, por ejemplo, se estableció en 1848. La producción durante estos años refleja la influencia inglesa y en menor grado la francesa. La mayoría de los diseños imitan modelos ya existentes, aunque en forma cruda. Para 1900 la clase adinerada que prefería importar cerámica y porcelana de Europa contribuyó a una disminución del interés por los productos nacionales que continuaron siendo adquiridos por las clases populares. Para entonces, había fábricas en Baltimore, Maryland; Kaolin, South Carolina; East Liverpool, Ohio; Trenton y South Amboy -both in New Jersey, entre otras ciudades.Algunas de las fabricas más influyentes en el gusto popular fueron Stangl (originalmente llamada Fulper, en Trenton, New Jersey); Abingdon (Illinois, originalmente una fábrica de productos sanitarios que cambio su producción a objetos utilitarios y decorativos durante la Depresión, dado que la demanda por los primeros disminuyó notablemente en esos años); McCoy y Roseville (ambas en Roseville, Ohio).La exposición se centra en la producción de estas cuatro fábricas durante los años 1929-1950.Roseville - Jarrón con Girasoles - 1941La historia de una colección, una colección de la historia- Usted tiene una amplia colección de objetos de cerámica, ¿cómo nace este interés?Para ser franco no es tan amplia como quisiera y está enfocada principalmente en objetos utilitarios y decorativos producidos en los Estados Unidos entre 1929, año en que ocurre la quiebra económica conocida como la Gran Depresión y los años de posguerra, hasta 1950. Hay varias razones para mi interés. La primera proviene de mi curiosidad por la investigación. A pesar de las dificultades económicas y sociales que caracterizaron esos años y luego la Segunda Guerra, la creatividad artística y el ingenio comercial estimularon la producción de cerámica (entre otras cosas) en el país, con características bastante particulares. Recordemos que el encogimiento del sistema bancario, la falta de crédito, la circulación restringida del dinero efectivo por la baja en el consumo, la aplicación de tarifas elevadas para los productos de importación, y las dificultades para la agricultura afectaron la calidad de vida del ciudadano corriente y realineó las prioridades de la clase media y media alta, un enorme grupo de consumidores urbanos, relativamente bien educados, que en cierta forma garantizaban la estabilidad del sistema económico. Al restringirse las importaciones de objetos utilitarios y decorativos, y de paso muchos objetos de carácter domestico como vajillas, por ejemplo, la producción de dichos objetos, y el mercado, debieron adaptarse a la nueva realidad económica. Y aquí hay una segunda razón que imagino deriva de mi carácter como arquitecto, diseñador y artista. La nueva realidad incluyó un giro en el manejo de la forma, y otras respuestas a la necesidad. El momento no estaba para celebrar excesos. Las ideas planteadas por la Bauhaus adquirieron una nueva dimensión. En algunos casos, sin embargo, estilos como el Art Nouveau y el Deco sirvieron como base para otros diseños que conservaron parte de la estética adaptados a un sistema de vida más simple. Hay por supuesto otras razones, pero las dos que he citado fueron la base de la curaduría que hizo el Comité de Arte del Cosmos Club, en Washington DC., y el titulo lo refleja.Stangl vase - 1936-1939- En la colección y en la muestra en Cosmos Club se revelan diferentes facturas: de objetos sencillos, sin pretensiones escultóricas o en el manejo de color a obras elaboradas, ¿cómo ocurre esta transformación y quiénes influyen en ella?La transformación ocurre como resultado del reajuste del sistema de vida, a su vez determinado por la situación económica. El ser humano, sin embargo, aprecia la creatividad y tiende a crear alrededor de si un hábitat amable. Privados del acceso a porcelana y cristal (este último es otro inmenso campo en donde ocurre algo similar), producidos en Europa, los norteamericanos sin pensarlo mucho rato decidieron ser autosuficientes. Ello no implicó ser excluyentes. Muchas empresas dieron trabajo a diseñadores extranjeros (no fue inusual pues Estados Unidos es un país de inmigrantes) familiarizados con tradiciones, técnicas y estilos no necesariamente nativos, y dicha interacción dio gran versatilidad a la producción, y originó una serie de ‘estilos” muy singulares, como puede verse en la exposición.- Es posible identificar en la tradición estadounidense unos períodos de diseño de obras utilitarias en cerámica, que expresen diferencias en los diseños, usos de color o técnicas de elaboración?Definitivamente. La cerámica utilitaria en los Estados Unidos de América estuvo por mucho tiempo ligada a la tradición colonial inglesa, como es de suponer. Con la industrialización y el surgimiento de una clase empresarial muy adinerada, al final del siglo XIX, el gusto se pliega a tradiciones europeas (Francia, Italia, España y Alemania en particular). Es el momento en que comienzan las grandes colecciones, no solo de pintura y escultura occidental, sino, por ejemplo, de porcelana oriental como lo atestigua la colección Freer, en Washington DC, y el Peabody Essex Museum en Salem, Massachussetts.- ¿Han logrado los principales productores de cerámica tener estilo propio que permita identificar una tradición?Algo increíble de la cultura estadounidense es su capacidad de absorber y sincretizar influencias de otras culturas. Esa es una característica que, esperemos, no se va a perder, considerando las circunstancias actuales. Ello ocurre tanto a nivel individual, como a nivel de producción en masa. Al mismo tiempo existe una dinámica de innovación que es histórica, y se traduce en una evolución constante, en todos los campos y temas. No olvidemos que los Estados Unidos es una sociedad democrática y capitalista, aunque parezca una contracción.- En la exposición se referencian los objetos exhibidos como “arte popular”, ¿hablamos entonces de un arte menor?De ninguna manera. El termino se refiere a la categoría que dichos objetos ocupan en la multidimensionalidad del arte, y de la vida. Son objetos que se fabricaron para utilizarse en el diario vivir.Abingdon Vase con influencia Deco - 1934-1950- ¿Puede ser posible que obras en cerámica sean piezas escultóricas?Por supuesto. Hay un campo dentro de la cerámica que se denomina así: Cerámica escultórica. A propósito de ello, en estos momentos hay en Washington, en la Renwick Gallery una retrospectiva estupenda de Michael Sherrill que ilustra muy bien esa manifestación artística.- ¿Qué sabe usted del estado de la cerámica en Antioquia y Medellín?En el siglo XX tuvo mucho auge en los años sesenta y comienzos de los setenta, y luego, lentamente, fue desapareciendo del ámbito público, asumiendo que, como atestiguan algunos individuos y talleres, todavía se practica, lamentable sin mayores incentivos (al respecto hace un par de años escribí un artículo sobre el tema para EDL MUNDO.Lo invitamos a leer: ¿Qué sucedió con la cerámica artística en MedellínAbindgdon Vase 1934-1950- ¿Sería posible encontrar una colección de cerámica tan completa como la suya en Antioquia o Medellín?No me atrevería a asegurarlo, pues son muchas las cosas que pasan en la ciudad y el departamento sin que nadie se entere. Pero el enfoque de la colección, la proveniencia, naturaleza y carácter de los objetos permite suponer que es probable que no.
Esculpir una obra, retratarla cuando se trata de una fotografía, armarla cuando su proceso inicia en el modelado, pintarla una vez sus componentes ya son uno solo o simplemente recrearla imaginativamente al momento mismo de su concepción, esos son procesos que cada autor vive de una forma diferente, de acuerdo a su arte y a su visión artística.Superados los procesos estéticos, toda muestra toma el calificativo de estar lista para disponerla, luego, al deleite del público. Según Guillermo Adarve después del tiempo creativo, se genera en todos los artistas plásticos una duda, cómo disponer los elementos en la sala para que el espectador entienda e interiorice el concepto.Eso fue algo que discutieron los autores de las nuevas Exposiciones temporalesen el tradicional Conversatorio Arte y proceso que hace el Muua (Museo Universitario de la Universidad de Antioquia). Las muestras son de tipo temáticas y en palabras de Mauricio Hincapié Acosta, curador de ese lugar, tienen como objetivo integrar los elementos expositivos de manera que los visitantes conozcan diversos temas específicos, de acuerdo al sentido de cada muestra, de una manera interdisciplinar.Estación espacial, de la serie Así en la tierra como en el cielo, de Guillermo Adarve.Las Exposiciones temporalesUna de las nuevas muestras es Césped prohibido, de Adriana del Pilar Torres Cortes, quien a partir de un centro circular sintético y la instalación de unos materiales naturales (carbón, tierra, ladera, arena) y elaborados, (cemento, basuras, residuos industriales) creó todas las piezas de la misma.Según la artista, en la muestra dichos materiales son desplazados como testimonio de sus vaivenes, entre el centro urbano, el campo y las zonas rurales de la región de Antioquia.También hace parte de la exhibición una pintura de un paisaje sobre tres bastidores, uno de ellos apoyado contra una estructura sobre la cual se instala un pedazo de césped natural.A Césped prohibido, Adriana del Pilar lo denomina “laboratorio de un proceso orgánico”.Le sigue la serie fotográfica Barroco tropical: herencias generacionales, de la artista visual Liliana Correa Rodríguez, que yace en el hall del segundo piso del Museo Universitario, compuesta por más de cuarenta retratos de familias que han heredado un oficio de generación en generación.Tras una investigación desarrollada entre Colombia y México, las fotografías indagan sobre las herencias que se transmiten de manera intergeneracional y que continúan vivas en Latinoamérica, oficios únicos y exclusivos en ciertas regiones.En la foto, integrantes de la familia Londoño Londoño, silleteros de la vereda Barro Blanco (Santa Elena), herederos de la tradición ancestral antioqueña. Pieza de la serie fotográfica digital Barroco tropical: herencias generacionales, de Liliana Correa Rodríguez.Para Juan David Quintero Arbeláez , curador, se trata de un “sentido homenaje a la familia, una propuesta artística de carácter colaborativo y participativo, a la cual se han vinculado muchas personas de diferentes formas, no solo con la imagen de sus retratos, sino, escritores que analizan desde diversas disciplinas de las ciencias sociales las tradiciones que señala el proyecto”. Una familia silletera, una familia que conduce camiones de escalera, una familia panadera, una familia carnicera, una familia de tejedores y otra artesana del fique.Asimismo, está Así en la tierra como en el cielo, del artista Guillermo Adarve, ubicada en el hall del cuarto piso del Muua, es una exposición que explora el anhelo eterno de llegar al cielo de los humanos.“Observar el cielo nocturno y en especial sus estrellas, se convierte en un ejercicio de contemplación sin darnos cuenta que el espacio es nuestro origen y nuestro final, espacio que no debe ser solamente mirado sino también sentido”, expresó el artista.Cada una de las piezas la conforma material orgánico “haciendo esa poesía que entraña la observación del universo y la capacidad que todos tenemos de sentirlo, así sea por un instante no más”, en palabras del autor.Las piezas Leyenda, Doña Rosario Rojo y Hoy es un día normal de la serie de collage digital Realidad imaginada, de Jaime Arango.Para finalizar, el curador Hincapié Acosta destacó la investigación personal de cada uno de los expositores, que da muestra, según comentó, de una interdisciplinariedad de saberes y de la aplicación de nuevas técnicas, en los frutos artísticos exhibidos.Las nuevas Exposiciones temporales estarán en el Muua hasta el próximo miércoles 25 de septiembre. El horario del Museo es de lunes a jueves de 8:00 a.m. a 5:00 p.m. y los viernes de 8:00 a.m. a 4:00 p.m.Qué hay para ver en el MuuaLo primero a conocer es que el Muua tiene unas muestras permanentes, en el segundo piso está la colección de Antropología en la Sala Graciliano Arcila Vélez, un recorrido por el pasado y la herencia de los pueblos prehispánicos a partir de un guion dividido en las regiones colombianas: Caribe, Pacífica, Orinoquia, Amazonia y Andina. Mientras que, la otra muestra permanente es de ciencias naturales, en la Sala Francisco A. Uribe Mejía, integrada por ocho dioramas científicos y que yace en el tercer piso del Museo universitario.No obstante, a sus alrededores, en los pasillos, se exhiben las Exposiciones temporales recién estrenadas.
En el cuarto piso, en plena plazoleta de comidas del Centro Comercial Aventura (al frente de Ruta N, diagonal a la UdeA), está ubicada la exposición didáctica sobre la obra monumental del maestro Rodrigo Arenas Betancur, la cual incluye también cinco esculturas originales.La muestra comprende las imágenes de algunas de las obras monumentales del maestro nacido en Fredonia, Antioquia, una exposición con la que se inició la conmemoración del centenario del natalicio del artista del Uvital (1919-2019).Arenas Betancour: Monumental e inmortal exhibe a Prometeo, 1951; Cuauhtémoc, 1953, o aBenito Juárez, 1972, los anteriores, todos monumentos instalados en México, ubicados en la Universidad Autónoma, el Edificio de Obra Pública de la capital manita y en Axotla, respectivamente; país donde contó el artista plástico y gestor cultural Aníbal Vallejo, que Arenas Betancur fue ayudante de Rómulo Rozo, y al igual que el autor de Bachué, diosa generatriz de los chibchas, una talla en granito de 1925, el maestro local cultivó allí gran parte de su escultórica.Sin embargo, vale destacar que en tierras manitas el maestro, gracias a su vocación de aprendiz, se convirtió en uno de los más reconocidos escultores latinoamericanos, ya que fue allí donde desarrolló una nueva idea del monumento, la de la historia latinoamericana con elementos fruto de la tierra. Ese se constituyó en un desarrollo monumental de su escultura pública.Rodrigo Arenas Betancur nació en el área rural del municipio de Fredonia, en el año 1919.Igualmente, se podrán apreciar algunas de sus obras instaladas en Colombia, como Lanceros de Rondón, Paipa, Boyacá, 1970; La Gaitana, ribera del río Magdalena a la altura de Neiva, 1974; El esfuerzo, Plaza de Bolívar de Armenia, 1978; Bolívar Cóndor, Plaza de Bolívar, Bogotá, 1993; Cristo de la liberación Latinoamericana, Catedral de Barranquilla, 1985, y Los fundadores, Avenida Circunvalar, Pereira, 1969.De las obras que yacen en los municipios antioqueños del maestro se seleccionaron aBarba Jacob, Parque Central de Santa Rosa de Osos, 1983, y General José María Córdova, Plaza Principal de Rionegro, 1964.Lea también:¿Cuál es el valor artístico y arquitectónico de Notre Dame?No obstante, de las cientos de esculturas de Arenas Betancur que están regadas por toda la ciudad de Medellín, se incluyeron en la muestra el Monumento a la raza, Centro Administrativo La Alpujarra, 1987; La vida, Edificio Suramericana de Seguros, 1974, y La medicina y la Salud, plazoleta de la Clínica Las Américas, 1994.Para el artista plástico Miguel Ángel Betancur Tamayo, hijo del también escultor José Horacio Betancur Betancur, hay en la exposición didáctica más que un resumen, el compendió total de lo que significa su obra para la escultórica antioqueña.Y es que el artista con la mayor cantidad de obras monumentales en la ciudad de La eterna primavera vivió todas las etapas de un artista consagrado, “fue también dibujante, su esposa conserva valiosos bocetos; pintor, Jorge Vélez Correa (quien fuera su aprendiz) puede dar cuenta de ello; escritor, es ameno leer los libros que publicó y de las habilidades como escultor las justificaciones saltan a simple vista”, continuó el artista.También, esta exposición didáctica incluye dos bustos del maestro elaborados por Jorge Vélez Correa.Estilo propio que traspasó las fronterasLa escultórica de Arenas Betancur se caracteriza por “representar personajes y episodios que reflejan la historia del pueblo, sus luchas, hazañas y el sentir americano; y simboliza el renacimiento en el arte monumental en Colombia, una práctica tradicionalmente destinada a conmemorar y solemnizar la memoria de grandes personajes políticos”, según se consignó en el acta curatorial de la muestra.Se cuenta en el contexto del arte colombiano, que el maestro Rodrigo encontróen Medellínel campo propicio para desarrollar su propio estilo, el cual vivió como una búsqueda constante de nuevos caminos para la escultura colombiana.En efecto, “el maestro sobresalió con estilo propio traspasando las fronteras nacionales. Fue esa una lucha personal, se dio a la tarea de inundar antes de esculturas su patria, para así dejar luego todo el esplendor de su obra en tierras mexicanas”, narró a EL MUNDO la viuda del artista, María Elena Quintero.Le puede interesar:Una exposición para entender cómo nos relacionamosTambién, en su escultura son evidentes los nexos que vivió en Medellín con Pedro Nel Gómez, con quien quedó pendiente una fuente monumental en la que estaban trabajando al momento de la partida de este mundo del escultor y muralista, es más, se sabe que tendría por nombre Las Américas unidas.Como lo confesó en su texto autobiográfico Crónicas de la errancia, del amor y de la muerte (1975), su obra da cuenta del profundo amor a su origen, su raza y su patria. “El milagro de contemplar la naturaleza era un inmenso consuelo, una compensación enorme. En esta frase tan sencilla de mi madre siento ahora que está contenida toda mi voluntad sicológica y todo mi mundo interior al crear”.Hechos de la celebración centenariaLa exposición Arenas Betancur: Monumental e inmortal es sólo el comienzo de las actividades conmemorativas a los cien años de nacimiento del maestro. Pero, la fecha exacta de la celebración será el 23 de octubre de este 2019. Mientras que, este 14 de mayo se cumplirán 24 años de la muerte del artista, en una clínica de Medellín.Hace dos años, el gobernador de Antioquia, Luis Pérez Gutiérrez, prometió que para esta fecha estaría listo el Museo Arenas Betancur, en el cual se exhibirían obras que yacen en la casa-taller del artista, en la cual, contó María Elena Quintero, todavía hay manuscritos, bosquejos de proyectos escultóricos sin terminar, piezas de Los amantes (la última serie que hizo), algunas obras que esculpió tras su secuestro, en 1987; maquetas en yeso y unos 200 dibujos, entre otros trabajos que están en moldes.Por el contrario, Quintero, su tercera y última esposa, afirmó que en la Gobernación le han dicho “que no hay plata”, si bien, ya inició en esa casa-taller el proceso de conservación de las piezas antes mencionadas.Además, entre las otras actividades conmemorativas, se destaca el periplo itinerante de Arenas Betancur: Monumental e inmortal, la cual recorrerá otros centros comerciales y algunos colegios de la ciudad y del departamento, incluidas, especialmente, las I. E. que llevan por nombre el del maestro.Asimismo, se presentó un proyecto para sacar un libro que contenga lo más representativo de su vida y obra, que está en manos del Instituto de Cultura y Patrimonio de Antioquia.Autodefinición delestiloEn la foto (Izq. a Der.), la directora del centro comercial Aventura y la viuda del maestro,María Elena Quintero.“Los días de la infancia y de la juventud, allá en mi pueblo, Fredonia, remota y vegetal, descubrí, viví y padecí la extraña relación que hay entre el hombre y la imagen: entre el hombre y la imagen religiosa en el templo, entre el hombre y la imagen cívica en la plaza, entre el hombre y la imagen de los retablos en la vida familiar. Nuestra vida está poblada y embrujada por imágenes que están en el corazón, que inquietan el espíritu y pugnan por tener su vida autónoma en el espacio y en el tiempo, desligados de nuestra circunstancial existencia. Son imágenes que despiertan el hondo y hórrido misterio de nuestras vidas y son imágenes que nos conectan también al amor y a la ternura”, dijo el propio Rodrigo Arenas Betancur en uno de los apartados del texto Una propia y definitiva expresión, glosa autobiográfica publicada por la editorial de la UdeA.