El trasegar de los humanos por el planeta, está lleno de vicisitudes. El camino no es precisamente un sendero de rosas, pero muchas de las veces, los humanos nos las sabemos complicar, pues luego de dar algunos pasos hacia adelante, salimos con las sorpresas de desandar los pasos y perder así el tiempo y la experiencia invertidos y adquiridos, en el entendido que cada cual, ve la realidad y se aproxima a ella, de acuerdo con sus intereses. Por lo tanto, los comentarios y reflexiones que vamos a plantear son obviamente, subjetivos.Después de varios decenios de ser declarada como Museo y además Patrimonio de la Humanidad, y después de haber sido aceptadas estas condiciones por todas las religiones interesadas, el controvertido gobierno turco de Erdogan, declara que Santa Sofía (Aya Sofya) en Estambul, vuelve a ser mezquita después de 86 años, volviendo a alborotar el avispero de los fanáticos de todas las religiones, fanatismo que siempre ha estado ahí y que no requiere sino de una buena excusa para explotar. La buena excusa está servida. ¡Amanecerá y veremos!En lo local, la nueva Constitución Política abrió la posibilidad de la dosis mínima de consumo de marihuana, el actual gobierno la frena a través del nuevo Código de Policía y hoy los altos tribunales vuelven a aceptarla. ¡Qué pérdida de tiempo y qué falta de sindéresis!Se anuncia por parte de EPM que su planta piloto Jepírachi en la Guajira, funcionará hasta el 2023, noticia, que nos deja apesadumbrados, ya que la energía eólica es una de las mejores alternativas para la producción de energía limpia. Razones técnicas y financieras debe tener EPM para tomar esta decisión que esperamos sea compensada con el montaje de un nuevo campo eólico ya no como piloto, si no como planta de producción de energía limpia en propiedad.Como periódicamente sucede, el actual contralor general de la Nación recorre el país “descubriendo” elefantes blancos, es decir, obras inconclusas que están ahí, a los ojos de todo el mundo, sin que hasta el presente se hayan tomado las medidas y las acciones necesarias para culminarlas, que sería lo obvio, o para tumbarlas.Debería existir un punto dentro de un Plan de Desarrollo serio, para destinar los recursos necesarios para que este tema sea resuelto y obviamente los responsables asuman las responsabilidades de todo orden que les competan. No es suficiente la alharaca mediática, si no se toman las decisiones apropiadas y oportunas dentro de la extemporaneidad.Un ir y venir de discursos se pronuncian por kilómetros, alrededor del problema de la deforestación y de los programas de reforestación. Lo cierto es que a la fecha no hay un control efectivo contra la deforestación generada por parte de cualquiera de los varios actores involucrados que la provocan, como tampoco un proyecto serio y continuado para recuperar y ampliar la extensión forestal en el país.Ojalá aprovechemos la nueva producción de nuestro grande Carlos Vives, CUMBIANA, para volver los ojos hacia la Ciénaga Grande de Santa Marta y hacer lo que haya que hacer para intervenir las infraestructuras viales mal diseñadas y volver a permitir mediante obras apropiadas, la circulación de las aguas del mar y del Magdalena para que renazcan los manglares y reviva ese maravilloso ecosistema destruido por imbéciles.Por último, ya aparecen las pilatunas legales para evitar o demorar la demolición del Edificio Aquarela construido cerca al Castillo de San Felipe en Cartagena, el cual no debió haber recibido nunca licencia de construcción, entregada en su momento por otros imbéciles. Ya la UNESCO dio como plazo hasta el 2021 para que la construcción sea demolida, o sino Cartagena y Colombia perderán la calidad de Patrimonio de la Humanidad que hoy posee el Castillo de San Felipe.Excelente el programa que ha emprendido la Alcaldía de Medellín para aprovechar estos nuevos días de cuarentena para intervenir zonas en estado de deterioro y recuperar el espacio público que se había perdido. Las acciones inicialmente emprendidas en los sectores de La Bayadera y el Sagrado Corazón o Barrio Triste, son ejemplarizantes y deben servir de estímulo y de ejemplo para intervenir otras zonas en franco deterioro. ¡BRAVO!Como una cosa es planear y otra planificar, y otra cosa es no planear y no planificar, es prudente que aquellas construcciones de vivienda subsidiada que se entregan en obra negra después de muchos trámites y una alta dosis de paciencia por parte de los beneficiados, -que en la mayoría de los casos se originan por una tragedia previa como un derrumbe, una inundación, un incendio, un temblor u otra calamidad-, sean dotados de los servicios públicos elementales, entre ellos, ya no como cosa marginal, sino estructural, la conexión a INTERNET. Pongo como ejemplo la urbanización La Cabañita en San Cristóbal, una Unidad de 9 bloques de 6 pisos ocupada recientemente por sus nuevos dueños, un poco más de 50 familias cuyos niños no tendrán como acceder a la educación virtual forzada, a la cual nos tiene sometida la bendita pandemia.NOTA 1: Mi completa solidaridad con el Señor Gobernador Aníbal Gaviria Correa y su distinguida familia.NOTA 2: Mis agradecimientos a la casa EL MUNDO por haberme permitido comunicarme con ustedes a través de las 900 columnas que ajustamos hoy y que coinciden con la suspensión de actividades para el Periódico y mil gracias a ustedes por tomarse el tiempo para leer esta Columna de Opinión.Es un golpe duro para el fortalecimiento democrático y para el ejercicio de la pluralidad y la tolerancia, pero esta es la realidad que nos corresponde enfrentar, en un país como el nuestro. Una última invitación, a que vayamos siempre, con prudente optimismo, ¡DE CARA AL PORVENIR!
Puede ser que algunos de los escritorios en los que nos sentábamos quienes trabajamos en el Periódico EL MUNDO hayan estado ahí desde siempre, desde que lo crearon, a finales de la década de 1970. Sí, caminar hoy por su sala de redacción es como si se apreciara una instalación de Doris Salcedo, la melancolía de esos muebles parece decir que se apaga un sueño que comenzó el 20 de abril de 1979, cuando empezó a circular en Antioquia un diario con ideas fundamentales, como la de la libertad. Esa libertad no podía escapar de la cultura. EL MUNDO fue pilar del inicio de proyectos culturales que transformarían la vida de la ciudad, del departamento y del país. Basta con entrar al Archivo, buscar los folios del Pequeño Teatro, el Matacandelas, el Taller de Artes, La Fanfarria y darse cuenta cómo el Periódico de logo rojo, liberal, entrevistó a miles de artistas, entonces emergentes, creyendo en que nuestra realidad podría existir un sector cultural que se hiciera preguntas importantes.Lea también: Un sector que sigue sacando el sombreroAna María Cano, quien después fundaría La Hoja de Medellín, fue la primera periodista cultural de EL MUNDO. Después la reemplazó Ana Piedad Jaramillo, directora de los Eventos del Libro y exdirectora del Museo de Antioquia y el Teatro Colón. Vino entonces el tiempo de Maryluz Vallejo, hoy doctora en Ciencias de la Información, profesora Titular de Tiempo Completo del Departamento de Comunicación y jurado del Premio Nacional de Periodismo Simón Bolívar este 2020. Cuenta Carmen Vásquez, periodista de moda, que cuando Darío Arizmendi era el director de EL MUNDO le dio a cada una su “reino”, le dijo a la periodista cultural que ella se encargara de lo artístico, mientras a Vásquez la mandó a los cocteles, a buscar a la “gente linda”, le permitió tener la primera página exclusiva de moda en estas tierras, guiado en lo que hacía la Revista Hola en España, para que así estuviera clarísimo qué era cultura, qué era entretenimiento, qué era moda y qué era sociedad.Desde sus inicios, EL MUNDO dedicó páginas enteras a la agenda cultural, que eran las más difíciles de editar, porque tenían la agenda de cine, la de teatro, los conciertos, los recitales, las presentaciones de libros, todo, independiente de los artículos periodísticos de una y dos páginas que hacía la sección de cultura.Antes de que su experticia fuera el periodismo político y de opinión, Luz María Tobón, directora de EL MUNDO, fue periodista cultural. Todavía tiene en su oficina una foto de su entrevista a un joven Fernando Botero. Ella, de mamá artista, de familia siempre amante de la cultura, defendió el periodismo cultural hasta el cierre, influyendo, de alguna manera, en que siguiera con cada cambio de dirección. Con la llegada de don Guillermo Gaviria Echeverri, quien respetó lo que hacía el Periódico en este campo, se dio vía libre a que ese saber no se apagara.Nombres como el de Pilar Velilla, exdirectora del Jardín Botánico y el Museo de Antioquia; María del Rosario Escobar, exsecretaria de Cultura Ciudadana de Medellín y actual directora del Museo de Antioquia; la maestra Patricia Nieto, quien guía la Editorial Universidad de Antioquia y es docente de la Alma Mater; o el crítico de cine Pedro Adrián Zuluaga, escribieron una historia cada día, por varios años, en la redacción de EL MUNDO, cubriendo cultura.El Mundo Semanal, el Imaginario y Palabra&Obra fueron los tres suplementos culturales que dijeron cosas muy importantes a la ciudad, al país. Óscar Valencia, jefe de diseño de EL MUNDO, contaba que Imaginario fue osado, despertando muchas molestias en algunos “paisas de Medellín”, cuando su editora puso en la portada la foto de dos hombres homosexuales, desnudos, después de una Marcha del Orgullo. Sus contenidos hablaban de la cultura como lo que somos, reflexionaban sobre la ciudadanía cultural. Palabra&Obra, por su parte, buscaba hacer reportajes de largo aliento con personajes que se destacaban en el campo cultural, teniendo en su portada a importantes creadores como Débora Arango, Gilberto Martínez, Víctor Gaviria, Fernando Botero, Félix Ángel, Cristóbal Peláez, Beatriz González, Alberto Sierra, Antonio Caro, Dora Ramírez, Leonardo Padura, René Uribe Ferrer, entre muchos otros. Una vez, el artista Richard McGuire, reconocido por ilustrar publicaciones como The New Yorker, nos hizo el honor de hacernos una edición especial de Palabra&Obra. Publicamos un especial completo sobre la salvaguarda del patrimonio de Frida Kahlo y Diego Rivera, hecho en Ciudad de México, analizamos muchas veces lo que hacían en el Ministerio de Cultura, cubrimos la Bienal de Venecia, la Feria Internacional de Arte de Madrid (España), Artbo, el Salón Nacional de Artistas, el MDE, la Fiesta de las Artes Escénicas, el Festival de Tango, los diez años de la Fiesta del Libro con edición especial, siempre estuvimos ahí, en cada evento, en cada lanzamiento, en cada nacimiento.Y cometimos errores, muchos, porque EL MUNDO siempre fue una escuela de periodismo cultural. Cómo les parece que una vez, matamos a alguien que revivió. Olga Elena Mattei estuvo muerta durante unos minutos, nos llamaron directamente desde la clínica a contarnos tal suceso. Lloramos, planeamos un especial, llamamos a Héctor Abad Faciolince, él nos dio su declaración sobre la importancia de Mattei para la literatura nacional y corrió a publicar en su Twitter que había muerto.Hasta que, de esas cosas que pasan, los médicos la revivieron, la reanimaron y no se murió. Desde entonces, Faciolince ha sido muy lejano. Es que en el Código Caracol, María Lucía Fernández publicó lo que pasó, en la edición de las 7:00 de la noche: “la inmediatez de las redes sociales le jugó una mala pasada al escritor Héctor Abad Faciolince”. Casi nos ahorca, publicó en su cuenta en esa red: “serán imbéciles los de EL MUNDO”...Vale la pena decir que defendimos causas importantes. Hay que agradecerle a Irene Gaviria y Luz María Tobón que nos permitieron ser autónomos en el contenido cultural. Fuimos nosotros quienes cuestionamos el cambio de vestido que les hicieron a los Silleteros, desconociendo que eran un patrimonio, con lo que hubo polémica nacional, cuando Aníbal Gaviria era el alcalde. No nos censuraron.Fuimos nosotros quienes iniciamos a hablar de los “hipster”, cuando todavía esa manifestación cultural era bastante desconocida.Gritamos duro con investigaciones. Nosotros nos dimos cuenta de que las Bibliotecas Públicas de Medellín habían sido cerradas por el gobierno de Federico Gutiérrez, desconociendo su importancia en la transformación social, con la excusa de ahorrar recursos del presupuesto público. Vaya error de visión política, por eso insistimos con varios artículos en que los Parques Bibliotecas eran la opción que tenía un niño de cualquier comuna de no caer en las redes de tráfico, su puerta de escape muchas veces a la violencia física y sexual. Incomodamos a Sergio Fajardo sobre la responsabilidad en las fallas en la fachada de la Biblioteca España, tanto que salió en portada diciendo “voy a hablar de la Biblioteca España, cuando yo quiera”, los memes no se hicieron esperar en las redes sociales.Cuando iban a sacar al maestro Alberto Correa de la Filarmónica, nosotros lo contamos. Insistimos en que el presupuesto para cultura siempre debía subir en el gobierno nacional, el departamental y el local. Y, sobre todo, le dimos voz a un sector que no encontraba en otros medios un espacio que valorara sus obras, que escuchara sus demandas, que necesitaba, en pleno siglo XXI, más que nunca, una presencia en la agenda pública.EL MUNDO insistió en la importancia de la formación artística para la infancia. Con su proyecto Educar Mientras se Informa y su Concurso Personitas de Colores, invitó a que los niños pintaran sus sueños. Otra cosa que hizo fue premiar con el Mundo de Oro a quienes durante decenios trabajaron por el sector, entre los ganadores estuvieron Graciliano Arcila Vélez, la Emisora HJCK de Bogotá, Guillermo Abadía Morales, Fanny Mickey, la Orquesta Sinfónica de Antioquia, la Cámara de Comercio de Medellín, la Biblioteca Pública Pilotoy la Emisora Cultural de la Universidad de Antioquia, Débora Arango, la Biblioteca Central de la Universidad de Antioquia, Carlos Castro Saavedra, el Instituto de Integración Cultural Quirama, Luis Alberto Correa, Rafael Sáenz Moreno, el Museo de Arte Moderno de Medellín, Luis Alberto Álvarez y la maestra Cecilia Espinosa, su última galardonada.En los comités de redacción, muchas veces nos peleamos con quienes nos preguntaban “y ese, ¿a quién le ha ganado?”, poniendo en duda la idoneidad de los artistas emergentes, peleamos por ellos como el futuro del sector y del arte nacional. La cultura también era un tema para abrir el Periódico, nosotros le dimos la portada al Salón Nacional de Artistas, cuando volvió a Medellín, en su edición 43. Juliana Restrepo y Jaime Cerón, sus directores, llegaron con la edición impresa de EL MUNDO a la apertura de aquel certamen, que durante sus tres meses contó con un cubrimiento diario, detallado, sobre lo que intentaban decir los curadores, que propusieron como tema el oxímoron “Saber-desconocer”.Cuando la notoriedad no abarcaba la obra de Pablo Montoya, cuando parecía que a la crítica local y nacional le faltaba creen en tal talento, nosotros reseñamos su Tríptico de la infamia, sin necesitar que el Premio Rómulo Gallegos nos validara lo grande el autor, porque pudimos verlo.Le puede interesar: ¿Seguro les hace falta la crítica?Que sea el momento para decirles gracias a los cientos de artistas, gestores, investigadores, profesores, curadores, comunicadores y colegas que nos buscaron para pedirnos una opinión, para ofrecernos sus contenidos, así como para criticarnos. Aprendimos juntos, crecimos juntos, hicimos historia juntos.EL MUNDO fue y será la casa de la cultura de Medellín, como quedará para la historia en su archivo, porque aquí pasaron hitos como que Gabriel García Márquez quisiera que la redacción del medio que soñó fundar se pareciera a la del diario liberal de Medellín, donde estuvo dando talleres y compartiendo con los periodistas.Gracias, EL MUNDO, gracias porque nos dejaste soñar que esa utopía que adoptamos, la de cambiar el mundo haciendo periodismo cultural, podía ser posible.
Con todo respeto, no comparto el criterio de quienes han venido criticando a la Corte Constitucional por haber declarado la inexequibilidad del Decreto Legislativo 580 de 2020, por el cual se dictaban medidas en materia de los servicios públicos de acueducto, alcantarillado y aseo, por el motivo que condujo a la adopción del fallo y que también expuso la Secretaria Jurídica de la Presidencia de la República: aunque, según el comunicado de la Corte, se dictó y promulgó en desarrollo del Estado de Emergencia Económica, Social y Ecológica, se expidió dentro del término de vigencia del estado de excepción y se encuentra brevemente motivado y lleva la firma del Presidente de la República, no fue suscrito por todos los ministros del despacho. Faltaron las firmas de los ministros de Salud –lo cual llama la atención en cuanto la emergencia fue provocada por la pandemia- y de Ciencia y Tecnología.Lea también: Cumplir la ConstituciónComo señala la providencia,” el mandato constitucional referente a que los ministros suscriban los decretos legislativos que se expiden en virtud del estado de emergencia económica, social y ecológica constituye una condición indispensable de validez de dichas normas, en la medida en que con este se garantiza, el principio democrático, durante el estado de excepción, pues se contrarresta el déficit de deliberación y se limita la facultad discrecional del presidente”.La exigencia constitucional de que estos decretos, además de las firmas del presidente, lleven las de los ministros –todos- no corresponde simplemente a un requisito de forma y sin mayor trascendencia. Por una parte, cuando hablamos de los estados de excepción –entre ellos el de emergencia- aludimos al ejercicio de una potestad extraordinaria del Ejecutivo, que normalmente no tiene a cargo la función de expedir las leyes –atribución que, por cláusula general de competencia, corresponde al Congreso-. Por otro lado, la Constitución es clara cuando expresa (art. 115) que las firmas de los ministros en los decretos los comprometen y por medio de ellas asumen una responsabilidad por las medidas y decisiones que adopta el Gobierno Nacional. Y, además, las normas superiores relativas a los estados de excepción exigen expresamente “las firmas de todos los ministros” y subrayan su responsabilidad. El 215, para el caso del Estado de Emergencia Económica, Social, Ecológica o por calamidad pública, estatuye: “El Presidente de la República y los ministros serán responsables cuando declaren el Estado de Emergencia sin haberse presentado alguna de las circunstancias previstas en el inciso primero, y lo serán también por cualquier abuso cometido en el ejercicio de las facultades que la Constitución otorga al Gobierno durante la emergencia”.Le puede interesar: Sobre las sesiones virtualesDe manera que no estamos ante un mero formalismo. Ni se puede sindicar a la Corte Constitucional de haber sacrificado el fondo de la medida en aras de la forma, o de no haber hecho prevalecer el derecho sustancial, como lo exige el artículo 228 de la Carta. Ella tiene a cargo la guarda de la integridad y supremacía de la Constitución, que exigió, en estados de excepción, las firmas “de todos” los ministros, no de algunos.Y el vicio no era subsanable, toda vez que al momento del fallo el decreto ya había sido promulgado y había entrado a producir efectos. En estas materias no se puede improvisar.
Duele la desaparición de EL MUNDO, después de más de 40 años de actividad ininterrumpida, con periodismo de calidad informativa y pluralidad de opinión. Desde hace dos años, cuando la publicación impresa diaria le dio paso a una semanal, el diario quedó herido de muerte porque había perdido su esencia. La desaparición de los periódicos impresos es una de las consecuencias nefastas de llamada revolución digital; nefasta porque los ha destruido sin sustituirlos por nada mejor.Lea también: Harry Sasson, la renta del suelo y las sopas MaggiLa prensa impresa, que resistió los embates de la radio y la televisión, agoniza en todos los países. Se cuentan por centenas los diarios desaparecidos y los que subsisten lo hacen en formatos cada vez más escuálidos y pobres en contenido. Sin la palabra impresa, la fuerza de la vieja sentencia, “lo escrito, escrito está”, se desvanece y con ella las exigencias del rigor informativo y de la clara separación entre la opinión y la noticia.Estas dos fueron las características señeras de EL MUNDO que nunca ocultó su carácter de diario liberal militante, pero abierto siempre a una amplia diversidad de opiniones, tanto en la época de Don Guillermo Gaviria, como en los últimos años bajo la orientación de su hija Irene y de mi querida amiga Luz María Tobón.El de Don Guillermo fue un liberalismo doctrinario, más bien clásico, cuya orientación intervencionista no lo apartó nunca de la defensa de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica en una sociedad verdaderamente libre. Por supuesto que, como periodista, fue también un liberal en el sentido partidista, aunque, el gran hacedor de empresas que fue, seguramente se habría sentido contrariado por la orientación anti-empresarial que aqueja a sectores amplios del que fue siempre su partido.Quizás a causa de la bancarrota ideológica del Partido Liberal, el liberalismo de EL MUNDO de los últimos años perdió su matiz partidista y se hizo más conceptual y de principios, buscando irradiar los valores de la democracia liberal y la iniciativa privada con responsabilidad social a las gentes de todos los partidos y la sociedad entera.Esa defensa de la democracia liberal se expresó en sus cuestionamientos al proceso de paz por su indiferencia frente a las víctimas de la Farc y las grandes concesiones hechas a lo que no era más que organización criminal que no representaba a nadie, como quedó en evidencia con las paupérrimas votaciones recibidas en las dos elecciones en las que ha participado.Su reconocimiento de la iniciativa privada como fundamento de la actividad económica y de la creación de riqueza, se manifestó recientemente en su insistente reclamo de la reactivación de la economía acompañada de la flexibilización de la contratación laboral.Pero quizás la más firme posición de EL MUNDO en los últimos años fue su incansable y persistente reclamo al gobierno a cumplir su misión fundamental de proteger la vida de los ciudadanos. No importa lo que el gobierno haga en cualquier ámbito, si no protege la vida de las personas está incumpliendo gravemente su obligación constitucional y lo que es en definitiva su razón de ser.Muchos años atrás, cuando, por incompatibilidad con mi actividad profesional, decliné la invitación que me hiciera a escribir en el periódico que acababa de adquirir, Don Guillermo, insistente, me dijo que escribir en EL MUNDO sería un honor.Le puede interesar: Una propuesta ilegal, inconveniente y peligrosa, pero imparableHace algunos años, por invitación de Luz María Tobón, EL MUNDO acogió generosamente mis artículos. Me sentí cómodo y complacido de hacer parte de tan noble empresa periodística y muy honrado, como había anticipado Don Guillermo.
Hoy he recibido la noticia: EL MUNDO, después de una tarea periodística de 41 años, ha decidido cerrar su fase de periodismo impreso. El entorno es cambiante, la evolución de hechos, tecnologías, épocas, conduce a decisiones y nuevas direcciones en los caminos que nos presentan horizontes distintos y nos hacen dejar atrás paisajes familiares a los cuales habíamos tomado un cariño como el del poeta cartagenero a los zapatos viejos. Algo diferente se abre en las perspectivas del futuro inmediato. Mis mejores deseos para FundaMundo, para la querida y admirada familia Gaviria Correa, y para la buena ventura de sus proyectos y su liderazgo, siempre inspirados en el bien para la comunidad y para Antioquia. Algunos de estos cambios son dolorosos, como lo es, en lo personal, este: se trata de una pérdida para el periodismo escrito en la región, y en Colombia. Pero EL MUNDO cierra este ciclo, como lo manifiesta su directora Luz María Tobón Vallejo, con la satisfacción del deber cumplido.Lea también: Alatriste: la punta de su espadaTermina para Antioquia una tribuna de decencia, de buen periodismo, de compromiso con la verdad. Se culmina la etapa de un esfuerzo colosal en pro de los intereses sanos de nuestro departamento, pionero para Colombia en tantos aspectos de progreso, de desarrollo, de apertura al futuro. EL MUNDO ha cumplido y constituye un gran honor ser parte, modesta y pequeña, de esta locomotora de la honradez y de la opinión crítica y creadora.Después de escribir la columna “Vestigium” durante veinte años -un total de 492 columnas, de periodicidad quincenal, casi ininterrumpidamente- vienen a mi teclado unas palabras que no puedo evitar, pues las asocio necesariamente a esta tribuna periodística: agradecimiento, aprendizaje, disciplina, creatividad.Cada uno de mis textos fue acogido respetuosamente por parte de los editores y de la dirección en estos años. Nunca he recibido la más mínima interferencia respecto a los temas y enfoques para los cuales con total libertad se me ha cedido el espacio. Siempre he sentido la presencia viva y efectiva de un genuino respeto por el diálogo inteligente, por el ir y venir de ideas ordenadas y rigurosas, expresadas dentro del marco de la consideración hacia la verdad y hacia el lector como un interlocutor merecedor de un trato digno y humanizante. Por parte de la dirección del periódico siempre recibí palabras de aliento, de buen criterio, de magnífica atmósfera de ejercicio de la inteligencia.Escribir Vestigium, con la variedad de tonalidades presentes en el entorno de las realidades contemporáneas, fue un hábito de disciplina, de investigación, de contrastes, de búsqueda de fuentes verificables. Una tarea constante de enriquecimiento y educación personal que tuvo que pasar por el tamiz del lector crítico y exigente, a quien también debo expresar agradecimiento. Mi padre, Hernán Gómez Atehortúa, fue el mejor lector, crítico y corrector que tuve. También asumí una tarea constante de aprendizaje en cuestiones de estilo y de forma periodística. No puedo olvidar las didácticas exposiciones de Arturo Giraldo Sánchez.Un “Vestigium” es la señal, la huella, la marca que deja el pie de un viajero sobre el camino. Hay algo relacionado con la memoria, con el registro de los datos de alguien que ha pasado por un lugar y ha dejado su impronta. Es el indicio de que por allí ha estado un “homo viator”: un viajero, frágil, perecedero, fugaz. Es también el rastro de un caminante que se esfuerza por perfeccionarse en una tarea que se ha impuesto. También el investigador es un sujeto que anda tras las huellas; la realidad -variada y múltiple- ofrece ante sus ojos algunas facetas, y es su tarea, la del investigador, hallar la parte de verdad que está inscrita en esas huellas. Para mí ha sido culminación de un rasgo esencial de mi vida: la búsqueda de explicaciones a las cosas que pasan, y de las cuales apenas tengo un entendimiento parcial en un entorno de asombro constante, infinito, inacabable. Mis columnas fueron posibles por aquella conversación inicial con Luz María Tobón Vallejo, cuando acogió, con tolerancia y generosidad, mis imperfectos intentos de practicar el arte de la columna.Le puede interesar: Incertidumbres y certezasTodos somos viajeros. También las instituciones dejan su huella: EL MUNDO deja un vestigio, una huella de decencia, de amistad, de buena escuela periodística: mi abrazo y mi voz de agradecimiento.
En contra:1. El comunismo ha sido de las peores pesadillas de la humanidad en dolor humano.2. Los dos más grandes líderes comunistas de la historia han sido al mismo tiempo los mayores genocidas. Entre Mao y Stalin mataron por gusto sádico, ambición y supuesta venganza a un número de personas inocentes superior a la población actual de Colombia.3. La mayor parte de los comunistas que aceptan la democracia en el fondo de sus corazones sueñan de todos modos con reemplazarla algún día por un sistema comunista.4. En general los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo que no parezca un ataque contra una religión.5. En medio de los auténticamente idealistas hay un buen número de personas con ideas comunistas que las han usado y las siguen usando exclusivamente para obtener beneficios para ellos mismos y para personas que piensan como ellos.Lea también: El fin de la historiaA favor:1. Si no es por la izquierda comunista la democracia no se hubiera transformado y seguiría siendo casi una injusticia institucionalizada como en sus comienzos lo era.2. Ha habido líderes de ideas comunistas que gobernaron bien democracias, y muchos de quienes han sido alguna vez comunistas luego se vuelven excelentes gestores de la democracia.3. La idea básica del pensamiento de izquierda de que no es justo que una minoría tenga beneficios excesivos por la penuria de la mayoría es perfectamente legítima.4. Por más que Cuba sea una pesadilla cotidiana para sus habitantes por culpa de Castro, especialmente por haber puesto misiles nucleares, hay menos crimen que en casi cualquier otro lugar del mundo.5. Mal que bien, sigue siendo cierto que la democracia capitalista que los comunistas tanto critican tiene serios problemas de corrupción e injusta redistribución.
Educación Secundaria ObligatoriaSe escriben con minúscula las denominaciones genéricas de etapas y ciclos educativos: educación básica secundaria; educación media; educación superior; pero, con mayúscula si se trata del nombre oficial porque tiene valor de nombre propio: Educación Secundaria Obligatoria. Formación Profesional. En el caso de que coincidan, como ocurre con educación infantil o Educación Infantil, que puede referirse tanto al ciclo educativo como a su denominación oficial, se optará por una u otra, en función de a qué se refiera en cada caso concreto.Los niveles de los ciclos se escriben con minúsculas y pueden abreviarse con la representación correspondiente del ordinal en arábigos: Ha repetido primero, Está en 2.º de primaria, con punto abreviativo.Lea también: Cómo solucionar algunas dudas escriturales2. Asignaturas y ramas del conocimientoLos nombres de las disciplinas científicas y de las ramas del conocimiento se escriben con iniciales minúsculas, ejemplo: Ha habido grandes avances en el campo de la ingeniería; pero, con mayúsculas si se trata de la denominación de una asignatura o materia en el entorno académico: este año voy a estudiar Inglés y Matemáticas, aunque ambos nombres coincidan, como por ejemplo, en: «La arquitectura ha avanzado mucho desde que estudié Arquitectura».3. Nombres de los centrosLos nombres oficiales de los centros educativos se escriben con mayúsculas iniciales y en redonda, esto es, sin comillas ni letra cursiva: El Instituto de Enseñanza Secundaria Isabel II abre sus puertas el 9 de septiembre.En el caso de que se haga referencia al centro educativo, solo con el sustantivo genérico, este se escribirá con minúscula cuando va precedido de posesivos o demostrativos: este centro formativo es público; la universidad está lejos; pero, se acepta la mayúscula si el nombre va precedido por un artículo determinado, cuando se trata de abreviar el nombre completo: el Instituto; el Colegio.4. Departamentos y recintos de los centrosSe escriben con mayúsculas iniciales si se trata de departamentos de la institución: Secretaría, Cátedra de Lingüística, Departamento de Idiomas. Se escriben con minúsculas, (respetando las mayúsculas de los nombres propios) las denominaciones de recintos del edificio: sala de profesores, aula de música, salón de actos, aula Porfirio Barba Jacob.5. Cargos, profesiones y titulacionesLos nombres de cargos, profesiones o titulaciones se escriben con minúscula inicial: rector, maestro, catedrático, profesor, doctora, doctor, ingeniera agrónoma…En caso de citar el nombre oficial de la titulación, este se escribe con mayúscula, ejemplos: licenciado en Ciencias de la Información; licenciatura en Ciencias de la Información.6. ESO; no: E. S. O.ESO, PDI, TIC son siglas, no abreviaturas, por lo que se escriben con mayúsculas y sin puntos. Asimismo, no es apropiado formar su plural escrito, añadiendo una S minúscula, como en TICs, sino mantenerlas invariables, ejemplo: ¿Cuáles son las ventajas y desventajas de las TIC?En cuanto al escribir completo el nombre a que corresponden las siglas, lo apropiado es que se haga en minúsculas si corresponde a un nombre común, como: PDI es pizarra digital interactiva; y en mayúscula, en el caso de que el nombre sea propio: ESO, significa: Enseñanza Secundaria Obligatoria.7. Acoso escolarEn español se ha extendido el uso de “bullying” para referirse específicamente al acoso que se produce en el ámbito escolar. Este anglicismo puede sustituirse por acoso escolar u otras alternativas válidas, como intimidación, matonismo, matoneo o matonaje.8. Congresos, cursos, jornadas…Se escriben con mayúsculas iniciales todos los términos significativos de los títulos, tanto de los encuentros de profesionales y especialistas, ejemplos: Jornadas de Redes de Investigación en Innovación Docente, como de los planes, proyectos o programas, como: Programa de Formación Docente.9. Honoris causa, en minúscula y cursivaLa locución honoris causa se escribe en minúscula y, por ser un latinismo, también en cursiva: Ha sido investido hoy, doctor honoris causa.10. Estudios entre primaria y universidadCuando se trata del nombre genérico de los estudios secundarios (bachillerato), es decir, de los que están entre la primaria y la universidad, se escriben en minúscula.El vocablo bachillerato, en minúscula, alude de un modo genérico, a la enseñanza secundaria; si hay dos ciclos: Enseñanza Básica y Enseñanza Media, estos deben escribirse con mayúsculas, por ser sus nombres oficiales.Lea también: Vocabulario alternativo en tecnología. Conceptos11. Para reflexionar….---“Mantente a flote por todos los medios, pero si te es imposible, ten bastante valor para hundirte sin ruido”.---“Nuestra incapacidad es un grillete con el que amarramos a los demás a nuestra ausencia de facultades”.---“La felicidad no está en el logro ni en la grandeza, sino en la verdad”.---“Cuando se intensifica en nosotros la consciencia de nuestra propia personalidad, ejercemos la divina aptitud de ignorar la tiranía de los hechos”.(Tagore)
Como una oportunidad para mostrar al mundo el potencial aeronáutico civil y militar y posicionar a Antioquia como motor y vitrina de la industria en el ámbito nacional, fue presentada la VIII edición de la Feria Aeronáutica Internacional F-Air Colombia 2017, prevista del 13 al 16 de julio en el aeropuerto José María Córdova de Rionegro (Antioquia).“Estamos seguros que La F-Air Colombia es una excelente oportunidad para generar nuevos vínculos comerciales y de negocios. Asimismo, para las delegaciones y visitantes profesionales será el escenario ideal para obtener información de primera mano sobre avances tecnológicos y tendencias propias de la industria”, afirmó el coronel Édgar Sánchez Canosa, subdirector general de la Aeronáutica Civil y director de F-Air Colombia 2017.Lea más sobre: Aeropuerto José María Córdova fue habilitado tras suceso de aeronaveDurante cuatro días y sobre 104.000 metros cuadrados, la feria reunirá a quince delegaciones nacionales e internacionales provenientes de ocho países, más de 200 expositores y empresarios de las más reconocidas marcas de la industria aeronáutica, especialistas en aviación civil y militar, quienes expondrán las últimas novedades en la oferta de bienes y servicios en tecnología aeroespacial, radares, radioayudas, drones, satélites, equipo de apoyo logístico en tierra y medicina aeroespacial, entre otros.Lea más sobre: Hoy se inicia Feria Aeronáutica en RionegroLos 54.000 visitantes esperados disfrutarán de los espectaculares shows de las fuerzas aéreas de Colombia, Estados Unidos y Brasil, con la participación especial de los aviones F-16 Fighting Falcon provenientes de Norteamérica y la escuadrilla “Fumaça” de Brasil con sus aviones Embraer EMB 314 Súper Tucano.Dentro de las actividades profesionales organizadas en la F-Air Colombia 2017, se destaca la nutrida agenda académica que contará con la participación de profesionales reconocidos en la industria, quienes actualizarán a los asistentes con conferencias, seminarios y talleres sobre el presente y el futuro de la aviación civil y militar.Durante las jornadas profesionales, 13 y 14 de julio, las empresas participantes podrán hacer parte de la rueda de negocios, un espacio que busca superar las 672 citas comerciales realizadas en la edición anterior.
En Colombia se usa la expresión “delito de sangre” en el sentido de que alguien está política o moralmente impedido porque un pariente cercano suyo cometió un crimen. De hecho, desde diferentes orillas de la práctica política colombiana y, aún, desde organizaciones de la sociedad civil este argumento ha sido utilizado para intentar vetar y desacreditar a sus respectivos oponentes.Lea también: La ocasión la pintan calvaEl último episodio lo protagonizó el senador Gustavo Petro, quien, en twitter, pidió a la vicepresidenta Marta Lucía Ramírez que renunciara a su cargo: “Como dirigente de la oposición solicito la renuncia de la vicepresidenta de Colombia, Marta Lucía Ramírez, por no haber hecho público, dado que pagó esa fianza-se refiere a la de su hermano- desde 1997. No haber dado a conocer a la sociedad colombiana que había (quizás con buenas intenciones) participado en la liberación de un narcotraficante de una de las peores drogas que existen en el mundo”. Esta petición fue secundada por otros como el senador Iván Cepeda.El argumento de los crímenes de sangre ha sido usado también por organizaciones como Fundación Paz y Reconciliación, la cual en diciembre de 2017 publicó una lista de aspirantes al Congreso en las elecciones del 2018, que “ tienen nexos familiares o son herederos de dirigentes que no sólo han sido cuestionados sino hasta condenados por delitos relacionados con la parapolítica, los sobornos de Odebrecht y el cartel de la toga”, según cita Rubén Darío Barrientos, quien critica este concepto (https://www.elmundo.com/noticia/Delito-de-sangre/364448).Esa mención me permite hacer una distinción muy importante. Ser familiar de alguien no significa que una persona sea responsable de los crímenes del que ha delinquido, entre otras cosas, porque nadie escoge a sus padres, hermanos y familiares cercanos. No hay delitos de sangre, en ese sentido. Como bien dice Barrientos, en el artículo, en el Código Penal a la gente se la condena por lo que hace, no por lo que es. Por eso, una cosa es ser familiar de un delincuente, y una muy distinta, usar la influencia o los recursos de este para conseguir beneficios personales como obtener cargos de elección. En este caso sí que se está cometiendo un acto punible penalmente.Pero ese no es el caso de la vicepresidenta. Ella dio una garantía para que su hermano se presentase al juicio que se realizaría en USA por narcotráfico, en el cual fue sentenciado, cumplió su condena y ahora lleva una vida normal, dentro de la ley. Ella no sólo no se benefició de este delito, sino que, de alguna manera ha sido una víctima colateral que actuó con base en los principios de solidaridad y amor fraterno, valores éticos universalmente reconocidos. O ¿tal vez lo que pretenden sus críticos es que no prestara asistencia a su familiar para proteger su carrera política, o, que publicara un aviso en la prensa para autoflagelarse? Hay un derecho sagrado en la Constitución, que es el de la intimidad. Y si bien, es una servidora pública, ella, primero, es ciudadana colombiana. Y cumplió con el deber de informarle del hecho a sus empleadores Samper, Pastrana, Uribe y Duque, para que evaluaran las posibles consecuencias de su nombramiento y todos coincidieron en que no había razones para no nombrarla. Y ahora, que en violación a su derecho a la intimidad el acontecimiento se ha hecho de dominio público, las explicaciones que ha dado muestran la razón que tuvieron los presidentes al no tener en cuenta ese “delito de sangre”.Que acusar de este “crimen” a dirigentes colombianos ha sido una costumbre perversa y horrible, lo demuestran el del expresidente Pastrana con su primo Gustavo Pastrana (https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-270379); el general Naranjo con su hermano Juan D. Naranjo (https://www.eltiempo.com/archivo/documento/MAM-2482837) y el senador de oposición Iván Marulanda con su hermano Javier (https://www.elmundo.com/noticia/Un-vendedor-de-humo-llamado-Leon-Valencia/364940).Llama la atención que algunos de quienes invocan el “delito de sangre”, hayan tenido ascendientes que han sido señalados de criminales y han manifestado su molestia y repudio por tales señalamientos. Es el caso del senador Iván Cepeda. En efecto, Álvaro Delgado, en su momento, miembro del Comité Ejecutivo Central del Partido Comunista Colombiano en su libro Todo tiempo pasado fue peor, afirmó que Manuel Cepeda, padre de Iván Cepeda, apoyó la violencia guerrillera de las Farc-ep al financiar el accionar del grupo guerrillero. En el libro Armas y Urnas. Historia de un genocidio Político de Steven Dudley, cofundador de InSight Crime, también se han hecho referencias a dicha supuesta relación. Seguramente que judicialmente no se probará nunca esa participación de Manuel Cepeda en la violencia fariana, pero es una hipótesis razonable suponer que Cepeda hijo se ha beneficiado de la posición y relaciones que su padre construyó en el entorno de esa organización. Su amistad, públicamente registrada, con alias Iván Márquez y alias Jesús Santrich, prófugos de la justicia y cabecillas de las disidencias de las Farc, así lo permite inferir.Nicolás Petro, por su lado, no renunció a la diputación del Atlántico, a pesar de las denuncias que se han hecho contra su padre, dirigente del M-19 y, por tanto, responsable de los crímenes de esa organización.Hay otro tipo de reparos contra la vicepresidenta. Petro y Cepeda (https://www.elpais.cr/2020/06/12/senadores-de-oposicion-piden-renuncia-de-vicepresidenta-de-colombia/) y otros dirigentes de izquierda han dicho que Ramírez está casada con un empresario que tuvo vínculos con narcotraficantes y paramilitares. Utilizan la falacia de la petición de principio, en la que se da por sentado lo que, precisamente, hay que demostrar. Ella ha dado las explicaciones pertinentes: “Yo soy la que los colombianos conocen: una mujer con carácter, una mujer que trabaja, una mujer íntegra y, sí, me duele terriblemente, que uno no tenga, lamentablemente, las herramientas necesarias para defenderse. No está relacionado conmigo, está relacionado con una firma que hizo un negocio transparente” (https://www.semana.com/nacion/articulo/fiscalia-cita-a-alvaro-rincon-esposo-de-la-vicepresidenta-marta-lucia-ramirez/673916) y su esposo ha sido llamado a declarar ante la Fiscalía. Es esa investigación la que arrojará luces al asunto, que, de tener mérito, será definido por un juez de la república; pero, como es costumbre nacional, ya sus críticos la condenaron, aunque un principio del derecho penal consagrado en nuestro ordenamiento una persona es inocente hasta que se le pruebe lo contrario.No puedo dejar pasar otra afirmación del senador Petro, sin glosarla. En el video dijo, para generalizar su acusación, que la sede del narcotráfico no eran los campesinos que cultivaban la coca, a quienes hacinan en las cárceles para que se contagien de covid 19, sino el Congreso, el Gobierno, los gobiernos, los clubes, la alianza entre el poder político tradicional y los narcotraficantes.(https://www.youtube.com/watch?v=qDseD6uoAGM).Hubo, en efecto, un presidente que fue elegido con dineros del narcotráfico, Ernesto Samper. Pero Pastrana y Uribe lucharon contra ese fenómeno, entre otros instrumentos, con el Plan Colombia. Cuando Uribe dejó la presidencia, había menos de 60.000 hectáreas de coca sembradas, y extraditó a los jefes paramilitares porque siguieron delinquiendo. Se ha intentado incriminarlo con el tráfico de drogas y el paramilitarismo –incluso publicando una serie de video repugnante- pero nada se le ha podido probar. En cambio, el expresidente Santos firmó un acuerdo de paz con las Farc, una de las principales, si no la principal organización responsable del narcotráfico en el mundo; creó un sistema de justicia para ellas que garantiza la total impunidad sobre sus crímenes de guerra y de lesa humanidad, legalizó los pequeños cultivos y entregó el país con más de 220.000 hectáreas de coca. Y, finalmente, premió a esa organización con representación en el congreso.Es cierto, también, que al parlamento han llegado personas responsables de crímenes horrendos y de narcotráfico, provenientes de los partidos tradicionales liberal y conservador y la multitud de grupos que se desprendieron de ellos (la U, Cambio Radical, etc.), pero también, gentes como el senador Petro, que fue militante de una organización terrorista. De hecho, ha habido una alianza de parte de sectores del centro derecha, lo que él llama poder político tradicional, con el narcotráfico y los paramilitares. Pero hubo una alianza de eso que llama poder tradicional con los narcotraficantes de la extrema izquierda. Y desde hace mucho tiempo. Desde los preparativos para promulgar las Constitución del 90 con el M-19, que previamente asaltó el Palacio de Justicia; y la de los que impulsaron el pacto de paz con las Farc, incluida esa organización y el Partido Comunista, que hacen parte de los políticos tradicionales desde siempre.Le puede interesar: Duque y el país lo tienen claroPor eso necesitamos construir unas instituciones y una sociedad donde no quepa el narcotráfico, llámense guerrilla, paramilitares o clanes, en la que no haya cabida para la impunidad, pero tampoco para las malvadas prácticas de desacreditar al oponente con maniobras como acusarlo de delitos de sangre.
Próximos a elegir a los nuevos mandatarios regionales, los aspirantes a gobernador de Antioquia y a alcalde de Medellín responderán a la Alianza Antioquia en los Foros de Candidatos.La primera cita será para los aspirantes a mandatario local, los trece en total que aún siguen en la contienda, este miércoles, 16 de octubre, en el Paraninfo de la UdeA, carrera 44 No. 48-72, ubicado en la Plazuela San Ignacio, a partir de las 2:00 p.m.Debido al alto número de candidatos que se presentó para Medellín, este Foro se hará en dos sesiones, la primera de 2:00 p.m. a 4:00 p.m. y la segunda de 4:00 p.m. a 6:00 p.m. Cabe informar, que los grupos fueron divididos en orden alfabético, según el nombre de los aspirantes a alcalde.En cambio, la cita para los aspirantes a la gobernación, ocho candidatos, ocurrirá este jueves, 17 de octubre, en el Auditorio Gerardo Molina, Bloque 41, de la Universidad Nacional.Lea más:¿Cómo gobernara Medellín y a Antioquia?La Alianza Antioquia es el colectivo integrado por representantes de la academia local, como la Universidad de Antioquia, la Universidad Nacional y la UPB, además de Corporación Región, el Consejo Territorial de Planeación de Medellín y la Casa Editorial EL MUNDO.En los Foros de Candidatos, los políticos de la contienda responderán a la Alianza Antioquia, en representación de la ciudadanía, sobre los principales ejes de sus programas de gobierno, de lo cual se podrá conocer cómo los ganadores de este 27 de octubregobernarán la ciudad y el departamento, respectivamente.Los Foros llevan por nombre¿Cómo gobernar a Medellín? y ¿Cómo gobernar a Antioquia?.A estas conversacionesestá cordialmente invitada laciudadanía. No deje se seguir nuestra transmisión vía streaming, además tendrádifusión en nuestras cuentas en Facebook (Periódico El Mundo Medellín) y Twitter (@elmundomedellin). Igualmente, vía streaming por las redes sociales de las instituciones que conforman la Alianza Antioquia.
I.En El Extranjero, de Albert Camus, novela publicada en 1942, hay, a escala, una representación del destino de Europa en dos guerras mundiales, la pérdida de la identidad del sujeto, el hombre convertido en una pavesa “al viento y al azar”. Es la simbolización de la apatía, del ya no me importa nada después del acabose. Hay en el protagonista de esta obra breve —que también, como otras muy famosas por sus primeras palabras, tiene un comienzo que trastorna al lector— una indiferencia por el transcurrir de las cosas, por la vida, por sus contradicciones. Meursault, un tipo sin ambiciones (así se lo dirá el patrón en algún momento cuando le propone irse a trabajar a París), es, por si hubiera dudas, un inyectado por las agujas hipodérmicas del desdén.La novela, con una estructura temporal que avanza en presente continuo, dividida en dos partes, comienza de un modo en el que se expresa una duda, una aparente despreocupación por un hecho si bien no fundamental, sí singular en la vida de alguien: “Hoy ha muerto mamá. O quizá ayer. No lo sé”. Y en este encabezamiento hay una especie de condena, de actitud impasible, de aparente desprendimiento del mundo, que a un hombre como Meursault, despojado de prejuicios, lo puede perjudicar y hundir en el fango de las desventuras.Albert Camus (Dréan, Argelia, 1913 - Villeblevin, Francia, 1960) fue periodista, dramaturgo, ensayista y novelista. En 1957 recibió el Premio Nobel de Literatura.Habitante de Argel, el telegrama que le anuncia la muerte de su madre, lo hará viajar ochenta kilómetros en autobús a Marengo, pueblo donde está el asilo en el que él internó a su madre, cuando ya ninguno de los dos tenía nada que decirse. El extranjero, como el lector lo verá, es también una obra sobre la comunicación o, más bien, la falta de ella, con silencios y actos en los que la pronunciación de determinadas frases puede ser usada en contra del hombre que, en superficie, no exteriorizó ningún dolor ante la muerte de su mamá y, por el contrario, se mostró sereno, sin síntomas de ninguna pena. No es un tipo convencional.Lea también: La metamorfosis o el fracaso de vivirMeursault —gran observador— padece una especie de extrañamiento del mundo, aunque para él, todavía un hombre joven, la culpa no es un tormento. Ni siquiera es una posibilidad de desequilibrio emocional. La novela, narrada en primera persona (Meursault es el narrador-protagonista), muestra en su antesala al hombre en medio de ancianos, del féretro de su madre, del director del asilo y de la vejez como un escalón muy próximo al final. Todo lo que en esta fase se dice tendrá, después, un sentido (¿un sinsentido?), y más aún, una consecuencia. Fumar un cigarrillo muy cerca del ataúd de la mamá, tomar café con leche, no derramar ninguna lágrima, no aparentar ningún dolor por la ausencia definitiva de su progenitora, serán marcas que prevalecerán en el desenlace de la historia.Meursault (¿un hombre absurdo?) es la caracterización de un ser que al menos en la vida exterior es un despreocupado. Sabe que, aun sin creer en ningún dios, de tener una visión del trabajo como si fuera una irremediable condena, el mundo seguirá. Y él no podrá cambiarlo. Existe en su condición un destino ineludible, una intrínseca forma de no poder eludir nada. Así se irán concatenando circunstancias, hechos, sociabilidades, encuentros, casi todos en un mundo estrecho, en el edificio de inquilinato donde habita, en la oficina, en las relaciones con María (antigua compañera de trabajo y sensual amante), Raimundo, un sujeto que vive de las damas, como si fuera un cafishio; Salamano, el viejo del perro sarnoso; Celeste, el dueño del restaurante… Todos son parte de una retícula, de una azarosa predestinación a la que no se le pueden hacer esguinces. Como en una tragedia de Sófocles.Meursault sabe que ninguna muerte, ni siquiera la de su madre, cambiará nada. Ni acostarse con María. Ni servir de testigo a Raimundo para salvarlo de un juicio por maltrato a una amante. Quizá por eso, es un hombre que no se interesa por ningún cambio. Tal vez, aunque más que las palabras son los hechos los que lo van pintando, no es de los que se preocupa si las cosas siguen como están o no. Y, como el lector descubrirá, el amor no está hecho para él. Llega y listo. No hay una voluntad de alterar el curso de los acontecimientos.¿Por qué debe alguien sentirse desgraciado con la muerte de su madre? Es una pregunta que flota en el ambiente y puede ser que hasta la pronuncie un cercano a los eventos. En este punto, puede ser interesante conectar El extranjero con El mito de Sísifo, de Camus, que es un planteamiento acerca del absurdo, con una hipótesis clave: “No hay más que un problema filosófico verdaderamente serio: el suicidio. Juzgar si la vida vale o no vale la pena vivirla es responder a la pregunta fundamental de la filosofía”.¿Cuál es el sentido de la existencia? ¿Tiene vigencia la razón después de la catástrofe de las dos guerras mundiales, de los campos de concentración, del exterminio del hombre por el hombre? “Lo absurdo nace de esta confrontación entre el en el libro El mito de Sísifo. Y estos avatares, estas sensaciones y preguntas se expresarán en un personaje como Meursault, a quien la existencia o inexistencia de Dios no le interesa ni es una preocupación vital. Da lo mismo.¿Y qué tiene que ver Meursault con Sísifo? Este personaje de la mitología griega, cantado por Homero, es condenado por los dioses a subir sin cesar una piedra hasta la cima de una montaña desde donde la roca volverá a bajar por su propio peso, haciendo que ese trabajo, esa labor del “proletario de los dioses”, fuera inane y se convirtiera en un eterno subir y bajar. “Trabajo inútil y sin esperanza”. Y la meditación de Camus va hasta encontrar que Sísifo es un héroe absurdo, “tanto por sus pasiones como por su tormento”. Está condenado a no acabar nada. A repetir una tarea siempre inconclusa, pero que, en el trayecto, sobre todo de vuelta para reanudar su pena sin fin, podrá reflexionar, tener nociones del tiempo, acceder a una conciencia sobre su atroz castigo. Y ahí, entonces, Sísifo será dichoso.II.En la novela de Camus el calor, el sol, las metáforas sobre espadas de luz, sobre espadas ardientes, las arenas playeras, son una clave para determinar algunos comportamientos del protagonista. El sol de Argel, un sol obnubilante, fabricador de sofocos, ¿un sol de justicia?, puede penetrar en el cerebro, quemarlo, ponerlo a delirar y luego hacer que un hombre que padece de extrañamientos dispare una vez, y después cuatro veces más, contra un árabe que ha esgrimido un cuchillo en una playa fatal.Y antes del crimen, hay una serie de hechos, de amarres literarios en pro de la narración, de situaciones que conllevan a que un domingo trágico María, Raimundo y Meursault vayan a visitar a Masson, dueño de una cabaña. Y que por allá, en medio de los paseantes, estén unos árabes, entre ellos el hermano de la muchacha que Raimundo oprobió. Un cúmulo de circunstancias, de miradas, de encontrones, de ganas de venganza se irá tramando. Y el sol, como un leitmotiv, pero a su vez como un elemento perturbador, enceguecedor, estará acompañando la irremediable construcción y desenlace de la tragedia.Portada de El extranjero, en su edición francesa.El sol resplandeciente, quemante, atronador. Con rojas fulguraciones, como una metáfora de sangre, como símbolo de la muerte y la violencia, estará calentando el cerebro de Meursault, que no podrá “vencer al sol y a la opaca embriaguez que se derrama sobre mí”. Y en esa primera parte de la novela, en la que el protagonista se pinta como el dueño de una ilimitada indiferencia por la vida, se vuelve a sentir con su canícula el sol, el mismo sol del día en que él enterró a su madre. No podrá librarse del sol ni de sus brillos enloquecedores. Es un condenado sin redención alguna. Un oficinista opaco que, de pronto, se ve transmutado en asesino. Qué absurda es la existencia.Todo está planeado (¿por los dioses? ¿por las circunstancias? ¿por el inexplicable destino?) para que Meursault se convierta en culpable, en asesino. El extranjero es una obra en la que, más que calor, hay un resplandor que ciega la razón, un encandilamiento de los sentidos, un ineludible camino hacia la desgracia. Y así, el hombre-absurdo, el que lleva una vida sin muchos paisajes, entrará en los terrenos pantanosos (también pueden ser arenas movedizas) de la ley y sus mecanismos.En El extranjero hay una particularidad: Meursault, tras el asesinato, se metamorfoseará. La segunda parte es como un despertar, una adquisición de conciencia y un apuntalamiento de las creencias y convicciones filosóficas de un ser que se enfrenta a un sistema envolvente. Sabe que no hay esperanzas. Es otro Sísifo. No tiene nociones del tiempo. Sentirá que todo es como un día, una repetición, una incesante permanencia en la celda. La misma espera. El mismo transcurrir, el mismo estar. Al principio, tendrá pensamientos de hombre libre; después, ante la opresión del encierro, sus pensamientos serán de presidiario.En aquella detención sabrá que la ley está “bien hecha”. Que contra ella no procede nada. La instrucción durará once meses. Y el hombre, que recibe una visita carcelaria de María, sabrá que no hay salida. Se enterará de la mediocridad del abogado defensor y de la suficiencia del acusador. Pondrá contra las cuerdas al cura, que queda como un entrometido, como una suerte de marioneta religiosa, un pelele de la sinrazón, y se dará cuenta de que la vida no vale la pena de ser vivida. A nadie le importa si mató a un árabe, pero sí es muy sospechoso y denigrante su comportamiento desusado ante la muerte de su madre, su falta de dolor, su ida a un cine con María para ver, pocas horas después de enterrar a la señora Meursault, una película del cómico francés Fernandel…Lo invitamos a leer: La filósofa de la pierna de paloEl extranjero es una novela que quema. Todo en ella está bien urdido, sin espectacularidades verbales, con tasa y medida de conexiones, de pistas, de entrecruzamientos de causa-efecto. Apenas lo necesario para montar un tinglado de tensiones con una narración de impecable factura literaria. El acusado, que sabe que no hay desgracia completa, aspira a la apelación, pero, en el fondo, presiente la condena. Sabe, sin decirlo, que es una representación del Mito de Sísifo, como una reencarnación de aquella entidad griega. Un ser que, en la segunda parte de la obra, se abre a la luminosidad del conocimiento.Meursault, ante la ley y ante la sociedad, es un desalmado. Un ser indolente. Una especie de cínico que puede hacer tambalear creencias, el estatus quo, lo establecido, las convenciones, la moral. Y así no merece vivir. Es un peligro. Solo la guillotina lo redimirá. Y librará de riesgos a los demás. Después de todo, de que la cuchilla (la ducha fría) “haga justicia”, el sol de Argel seguirá alumbrando. (Reseña a propósito del Seminario de Novela Europea siglo xx)