Es la sexta versión de un festival que marca la pauta con invitados nacionales e internacionales, exponentes de la música del jazz. Es un evento que cada año toma más fuerza y categoría en su asistencia, evento organizado por la Gobernación de Bolívar y su oficina de Cultura y Turismo. Dos días de cultura musical y el tema que aquí apuntamos… la moda.
Hernán Zajar es el diseñador momposino, como quien dice a quien le duele la tierra en donde desfila. Él ha sido llamado durante todas estas versiones del festival a tener una pasarela con su talento e inspiración, cosa que le salió esta vez como trabajada en filigrana, ya que su inspiración fue un homenaje al Festival de Jazz y un homenaje a aquellos lugares tan representativos de su tierra Mompox. Fue así que la bautizó: “Mágico Mompox”, un legado de textiles suaves que se veían flotar en la fresca noche de la Plaza de San Francisco, con la torrecilla de esta iglesia haciendo rígida presencia del tiempo que parece que no pasara. Fue toda una explosión de colores vivos, que es lo que le gusta intervenir a Zajar, mezclados con las estampaciones originales de lugares. Pero su ingenio llegó a tres tiempos que fueron: los estampados, las notas e instrumentos musicales en alto relieve tachonados de brillo y la geometría. Un recuerdo con estilo de los años 20 y 30, vistos en los peinados y el maquillaje, y como llamativo accesorio esas precios carteras y abanicos elaborados artesanalmente con palma de iraca  del municipio de Usiacurí.
Punto y aparte son las bellísimas joyas de filigrana que lucieron las modelos en toda la presentación de la colección  momposina.
Mompox la tierra de Dios, sin gaitas y sin cumbias, pero con el saxo del jazz y el sonido del río se vistió de moda Zajar.