A la hora de una opción electoral, la visión económica de los candidatos presidenciales tiene importancia comparable a su programa o propuestas alrededor de la seguridad.
Aunque en los últimos días la economía ha recibido paliativos con el avance en el ingreso a la Ocde; el aumento del precio del petróleo, y su último dato de crecimiento, así sea el mediocre 2,2%, la incertidumbre sobre ella persiste como sombra por la que alertan calificadores de riesgo e inversionistas. En esas condiciones, a la hora de una opción electoral, la visión económica de los candidatos presidenciales tiene importancia comparable a su programa o propuestas alrededor de la seguridad.
Lea también: Dos años de mediocre crecimiento económico
Los grandes retos en materia económica que el gobierno Santos hereda a su sucesor recogen desaciertos, ausencias o aplazamientos en materias como la política fiscal; la formación de políticas para impulsar los sectores clave para generar crecimiento económico y ahorro nacional, y el trámite de reformas necesarias para la equidad social y la estabilidad del sistema financiero. Consecuentemente, pues, los principales retos para el gobierno que tomará posesión el 7 de agosto son la reforma fiscal estructural; la reorientación de los sectores más promisorios de la economía: el minero-energético y el agropecuario, y una reforma pensional.
Vea además: El olvido de la prosperidad democrática
La coincidencia de los candidatos en el reconocimiento de la necesidad de una reforma tributaria evidencia el fracaso de las dos iniciativas adelantadas por el gobierno Santos, las prioridades demuestran las divergencias de los candidatos. Aunque Iván Duque, Germán Vargas Lleras, Sergio Fajardo y Humberto de la Calle señalan que es preciso devolver competitividad a las empresas, los dos últimos anuncian más impuestos a los individuos de mayores ingresos, así Fajardo proponga la ampliación de la base contribuyente. Estas iniciativas se diferencian de la idea de “equidad tributaria” promovida por Gustavo Petro sobre la base de aumentar impuestos y eliminar exenciones a personas jurídicas -léase empresas-.
Le puede interesar: La comisión del gasto debe ser acatada
Si bien los candidatos presidenciales reconocen la importancia del impulso a sectores económicos que dinamicen la economía, ellos no coinciden en la definición de los esos sectores a priorizar. Iván Duque apuesta a las industrias creativas, o economía naranja; Germán Vargas Lleras se enfoca en infraestructura y vivienda, mientras que Humberto de la Calle propone el turismo. Sergio Fajardo propende por la educación y la generación de conocimiento. Gustavo Petro enfoca su propuesta en el impulso a los emprendimientos y la asociatividad.
Sin hacerlos temas centrales de sus programas, los candidatos tienen ideas para los sectores pilares de la economía nacional: el minero-energético y el agropecuario. Las perspectivas frente al tratamiento de la minería marcan diferencias de las campañas. Para Iván Duque y Germán Vargas Lleras, el reto en este sector es controlar la minería ilegal, asociada a criminales, y fortalecer la minería sostenible, llegando, el segundo a garantizar que las consultas previas se limiten a situaciones excepcionales, postura que marca su diferencia con Sergio Fajardo, que las reconoce como derecho fundamental. A distancia hasta del firme control que anuncia Humberto de la Calle, se encuentra la idea de Gustavo Petro de nacionalizar las reservas mineras, restringir la gran minería e impulsar la minería artesanal, además de proponer la reconversión de Ecopetrol. En la línea del peligroso enfoque de Juan Manuel Santos, los candidatos se alistan con las tesis de promoción de las energías sostenibles y el abandono, menos drástico en Fajardo y dramático en Petro, de la generación en grandes centrales hidroeléctricas que ofrecen economía, estabilidad y confiabilidad a los consumidores.
Lo invitamos a leer: Un gobierno sin norte minero
En materia agropecuaria y rural, las propuestas pasan por el romanticismo de Humberto de la Calle que anuncia que el acuerdo con las Farc impulsaría la producción de alimentos y la drasticidad de Gustavo Petro, que anuncia la democratización de la tierra -o su expropiación-. Junto a ellas emergen las de ordenamiento territorial del campo y seguridad jurídica para inversiones de largo plazo, de Vargas Lleras o su semejante de seguridad jurídica de Iván Duque. Para Sergio Fajardo, el desarrollo del campo depende de un conjunto de acciones frente a acceso a tierras, seguridad física, infraestructura y organización del sector rural.
También: Reforma agraria será regresiva y amenazante
La reforma pensional es una necesidad de la economía colombiana, para garantizar que en el futuro el sistema pueda garantizar su pensión a los cotizantes de hoy e incluir a millones de personas por fuera de ella. Aunque en sus proyectos demuestran saberlo, los aspirantes no se comprometen con esa urgencia, mientras lo hacen, sí, con la reorganización de los recursos de subsidios, hasta los de las pensiones más altas, para garantizar la equidad de un sistema que ya evidencia sus dificultades.
94 muertos dejó terremoto de magnitud 6,5 en Indonesia