¿Por dónde camina la coca en Antioquia?

Autor: Guillermo Benavídez
22 octubre de 2017 - 04:25 PM

Estado e ilegales se “pelean” al campesino que cultiva la hoja de coca. Lo anterior se ve reflejado en que, mientras el Gobierno Nacional adelanta programas para erradicar los cultivos, estos siguen en aumento.

Antioquia

Desde el año 2014 se inició una resiembra de matas de hoja de coca en Antioquia. Resiembra que crece con cada año que pasa, muy a pesar del esfuerzo de las autoridades por detener ese fenómeno.

Según la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito, Unodc, en 2014 los cultivos estaban distribuidos en 2.293 hectáreas de suelo antioqueño, en 2015 se presentó un leve aumento para llegar a 2.402 ha, en 2016 la cifra fue de 8.855 ha, y, en lo que va de este año, según Antonio Araníbar Arze, coordinador regional de la Misión de Verificación de la ONU en Colombia, la cifra en el departamento alcanzó las 10.000 ha sembradas. El dato lo proporcionó con base en el reciente informe del Sistema Integrado de Monitoreo de Cultivos Ilícitos (Simci).

Además, Araníbar reveló que en este momento, a nivel país, las hectáreas sembradas con coca son 188.000, lo que ha llevado al Gobierno a calcular que la producción de cocaína es de 58,75 toneladas métricas, mientras que Estados Unidos considera que son 43,75 toneladas métricas.

Llama la atención, sin embargo, que en las zonas del departamento donde se presenta ese fenómeno se inició en mayo pasado un proyecto de reemplazo de cultivos que avanza positivamente, según contó al periódico EL MUNDO Luis Fernando Pineda, coordinador en Antioquia del Programa Nacional Integral de Sustitución de Cultivos de Uso Ilícito, Pnis.

Luis Fernando, quien se encuentra este fin de semana en Valdivia, municipio del Norte de Antioquia, ultimando los detalles para que quienes aceptaron a sustituir firmen el acuerdo colectivo, aclaró que esa actividad se cumple en desarrollo del punto 4 del Acuerdo Final de Paz firmado entre el Gobierno Nacional y las Farc.

“De las 36 veredas que tiene Valdivia, en 25 hay cultivos. Esperamos que 13 de ellas acepten y firmen el acuerdo, mientras en las restantes estamos terminando la socialización y definiendo fechas. Lo que sigue para ellos es que se comprometan a firmar posteriormente el acuerdo productivo, que es un compromiso para avanzar en la sustitución de cultivos, proceso que cuenta con el acompañamiento de profesionales y expertos en el agro”, explicó Pineda.

Es un proyecto ambicioso con el que se pretende que cerca de 9 mil familias en Antioquia sustituyan sus cultivos ilícitos y los reemplacen por café, cacao o caña, de acuerdo con el uso del suelo y la asistencia técnica brindada.

 

La coca camina por Antioquia

Luis Fernando Pineda no lo afirma. Tampoco conoce un estudio que lo señale, pero en el cumplimiento de su labor ha podido inferir que muy cerca de aquellos municipios en los que se siembra hoja de coca en Antioquia están ubicados los laboratorios en los que se procesa la hoja y se trazan, desde allí, las rutas para la salida del alcaloide.

Tarazá, Valdivia y Cáceres son el corazón de ese entramado. Cerca de ellos están los satélites, que son Ituango, Briceño y Anorí. En un grado no menor están Remedios, Segovia, en el Nordeste, y Nechí y el Bagre en el Bajo Cauca. En un nivel más bajo, aunque importante, están Dabeiba (Occidente) y Mutatá y Turbo, en el Urabá antioqueño.

Sus climas son propicios, los terrenos apropiados, hay densidad de cultivos y hay población interesada en cultivar la mata de hoja de coca. Para el transporte de la droga se utilizan los corredores del río Porce, del río Nechí hasta subir por Valdivia, se avanza por el sur de Córdoba hasta llegar a Urabá. De allí se sale por lanchas rápidas hacia el Caribe o hasta México u otro país centroamericano o algunas de sus islas.

Para el ingreso de la droga a Medellín se utiliza el canal Turbo-sur de Córdoba, se atraviesa por Tarazá, Cáceres, Valdivia hasta llegar a Anorí, la parte baja del río Porce y por ese cañón se llega a la capital antioqueña. La ruta Urabá-Occidente de Antioquia y los corregimientos del occidente de Medellín son otro camino por el que se ingresan armas y droga a la capital antioqueña, principalmente por el cerro Manzanillo, que tiene salidas a San Antonio de Prado, la Estrella, Itagüí y Altavista.

Pineda cree que las organizaciones criminales se están moviendo hacia San Andrés de Cuerquia y los valles de Toledo e Ituango, buscando nuevos terrenos para cultivo y trazando nuevas rutas de movilización de la droga. Es así como camina la coca por Antioquia.

 

El clan del golfo domina en Antioquia

El “clan del golfo”, los “puntilleros” y los “pelusos” son los grupos armados organizados, GAO, más poderosos del país. Así fueron rebautizados mediante la Directiva 0015 de 2016, que dejó sin efecto otra directiva de 2011, que los denominaba como bacrim (bandas criminales). Los integran en promedio unos 3000 hombres.

Carteles mexicanos, en alianza con esos grupos, son quienes sacan la droga del país para llevarla al exterior, principalmente a Estados Unidos, Europa y Asia y en menor medida a África y Oceanía.

De los mexicanos, el cartel de los zetas o cartel del noreste tendría una importante y fuerte presencia en Colombia. Esa organización, a la que Barack Obama calificó como una amenaza mundial equiparable con los rusos del círculo de hermanos, con la camorra italiana o la Yakuza japonesa se encarga en mayor medida de los “negocios internacionales” de esa alianza maligna que surte de “veneno” al mundo.

Una investigación reciente de la Policía Antinarcóticos apunta a que, adicional a las rutas por Ecuador y el Urabá antioqueño, la principal salida de la droga ahora es por Venezuela. En ese sentido, el profesor de ciencias políticas y relaciones internacionales de la Universidad del Rosario, Oscar Palma, subrayó que por el país vecino la salida de los estupefacientes se hace a través de tráfico aéreo hacia el Caribe y desde allá es enviada a México, África occidental, Europa. “Inclusive, también surten a los principales carteles de Brasil: primer comando de la capital (Pcc), la familia do norte (Fdn) y el comando vermelho (Cv)”, añadió el docente.

Otros grupos menores, no por ello menos peligrosos, se encargan de coordinar el proceso de elaboración de la cocaína en sus inicios, como la siembra de la mata, la colecta y su posterior envío a las cocinas o laboratorios ubicados en zonas en las que los grupos armados organizados elaboran el alcaloide tropano, prestan vigilancia y la entregan a los “socios internacionales”. Según el profesor Palma, entre esos grupos menores se encuentran disidencias del frente primero de las Farc, que operan en el Guaviare; exintegrantes del epl que estuvieron al mando de alias megateo en el Catatumbo, Norte de Santander, de los que unos 200 hombres crearon los pelusos, quienes reciben órdenes de alias david aguirre; y el frente 66 de las Farc que opera en el Huila y zonas cercanas.

También el Eln realiza actividades ligadas al narcotráfico, en contubernio con el “clan del golfo”, los “pelusos” y los “puntilleros”, estos últimos, con 300 integrantes, son herederos de Mauricio Pachón, alias puntilla, ficha de Daniel el loco Barrera, y se movilizan por los Llanos Orientales.

 

De los tres grupos armados organizados, GAO, el que cuenta con más hombres (unos 2.500 según las autoridades) es el clan del golfo, con fuerte presencia en Antioquia y otros tres departamentos. Por su jefe, alias otoniel, el gobierno de los Estados Unidos ofrece una recompensa de 5 millones de dólares, mientras que el gobierno de Colombia, 3.000 millones de pesos.

Esa red criminal, que ha puesto precio por cada policía que sea asesinado, es aliada del cartel de Sinaloa, lo que, según la Policía Antinarcóticos, beneficia al clan del golfo porque le reduce riesgos de capturas y judicializaciones en el exterior, al ser los mexicanos quienes se ocupan del transporte en el exterior.

El profesor Palma aclaró que los frentes 5, 9, 18, 34, 35, 36, 37, 47 y 58 de las Farc, que operaron en 50 municipios del Norte, Occidente, Urabá, Magdalena Medio, Suroeste, Nordeste y Oriente de Antioquia, se desmovilizaron y, por lo tanto, ya no estarían dedicados al narcotráfico. Es lo que se afirma.

 

Sustitución

En la Caucana, el corregimiento más grande de Tarazá, se espera que cuando llegue el 31 de diciembre próximo no haya ni una sola mata de coca, manifestó Luis Fernando Pineda.

El funcionario explicó que a cada familia que se vincula al programa, previo estudio de factibilidad, se le entrega una primera cuota de dos millones de pesos para durante los siguientes 45 días arranque las matas de hoja de coca que haya en su terreno, que no puede ser superior a las 3 hectáreas y media. Luego una misión de la ONU verificará que en efecto hayan sido arrancado el cultivo, lo que le da derecho a esa familia a recibir una cuota de dos millones de pesos cada dos meses para que continúe, esta vez haciendo una siembra de café, caña o cacao.

Si la familia no quisiere sustituir, el Gobierno nacional hará erradicación de esos cultivos e iniciará procesos judiciales a cada propietario de predios en los que se hallen matas de coca.

“Se busca que el campesino erradique, sustituya y a cambio reciba beneficios reales que impidan que regrese a la ilegalidad. Se le entrega una ruta para que después de obtener la primera cosecha del cultivo lícito esta sea transportada al comprador. Se les entregarán subsidios, se afiliarán a salud, tendrán educación”, indicó Pineda. Finalmente, agregó que se contempla un programa de guarderías infantiles rurales, apoyo para construcción y dotación de comedores escolares, otras opciones laborales, refugios para la tercera edad, brigadas de salud y créditos. “Y el programa incluye no solo a las familias cultivadoras, sino también a las recolectoras, a los raspachines y aquellas que no tienen cultivos”, puntualizó.

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