“La izquierda es la que no está preparada para gobernar a Colombia”

Autor: Nacho
7 junio de 2018 - 03:53 PM

Un docente y analista dijo que el problema no es que Colombia esté preparada y madura para ser gobernada por un izquierdoso.

Medellín

Convocamos a cuatro profesores universitarios, dedicados a la enseñanza de la ciencia política, del Derecho y el constitucionalismo colombiano y a la estrategia y la comunicación política, para que nos ayudaran a responder y entender si Colombia está preparada para un gobierno de izquierda.

Pues uno de ellos le dio un giro completo a esta inquietud al decir que el problema no es que el país esté o no listo para un gobierno de izquierda, sino que la izquierda es la que no está preparada ni madura para gobernar a Colombia.

A este cuarteto de docentes, que además son permanentes opinadores de la vida política nacional y mundial, les formulamos estos tres interrogantes:

1. ¿Puede ganar la Presidencia en Colombia un candidato de la izquierda?

2. ¿Colombia está madura para un gobierno de un exguerrillero o de un izquierdista.

3. ¿Podría ocurrir un golpe de Estado y generarse una nueva era de violencia política?

El primero en aportar sus luces es el profesor de Eafit, David Suárez Tamayo:

1. Si fuera por historia y tradición, se diría que no. Grandes hombres de izquierda nunca ganaron, bien porque fueron derrotados en las urnas o porque fueron asesinados. Gerardo Molina, Carlos Gaviria, Jaime Pardo Leal, Carlos Pizarro, Bernardo Jaramillo Ossa, Petro en el 2010, Clara López.

En Colombia al parecer ha predominado una tendencia de centro-derecha. Una sociedad tradicional, conservadora, que pareciera no comulgar mucho con rupturas, cambios, sobresaltos. Pero en los últimos años, pareciera que ha crecido la inconformidad con los partidos tradicionales, pero ojo, crecido, lo que no significa que se traduzca en triunfo.

Obsérvese que el Centro Democrático, Cambio Radical y Conservadores que diríamos representan la derecha colombiana son mayoritarios en el Congreso. Y en las presidenciales el Centro Democrático y los conservadores demostraron ser mayoría. Si bien Petro es un fenómeno y sacará muchos votos, no creo que vaya ser el primer candidato de izquierda en ganar las elecciones, o al menos no esta vez para el 2018 - 2022.

2. Creo que pese al discurso del miedo que se ha vendido con tanta fuerza, de poder llegar a ser como Venezuela, si ganara la izquierda no todos los colombianos caen y creen ya en ello. El que Petro obtuviera 4 millones 800.000 votos el 27 de mayo, muestra que muchos colombianos ven como buena opción a un exguerrillero y de izquierda. E igualmente los resultados del plebiscito indicaron que más de 6 millones de colombianos estábamos dispuestos a perdonar a un grupo armado y permitirles su elegibilidad en cargos públicos.

Pero insisto, la izquierda sigue siendo una opción minoritaria pero en crecimiento en Colombia. Petro además logra convocar también a través del miedo, pues muchos están invitando a votar por él para derrotar al uribismo, y según ellos, impedir el regreso de los falsos positivos, las chuzadas, el paramilitarismo, etc. Es decir, el uso del miedo ha sido utilizado a favor y en contra de ambas campañas.

3. Un golpe de Estado, no creo. No lo veo viable o cercano ahora. Colombia le juega y apuesta más a un régimen democrático así sea imperfecto, desigual, para algunos incluso fallido, que a una posible dictadura. Además, los colombianos deberíamos valorar más el control que han ejercido y ejercen las altas cortes: Corte Constitucional, Consejo de Estado, Corte Suprema de Justicia. Pese a escándalos recientes sobre algunos magistrados (3-4) de la Suprema, y de (1-2) de la Constitucional, en términos generales las cortes colombianas han cumplido un gran papel en el ejercicio del control institucional frente al Congreso y al Ejecutivo. Han ejercido bien su rol de ser un freno y contrapeso frente a los otros dos poderes públicos. Ejemplos de ello: los límites al referendo de Uribe en 2003, la inexequibilidad del Estatuto Antiterrorista de Uribe, la inexequibilidad de la segunda reelección de Uribe, la condena de tres exministros de Uribe, de la exdirectores del DAS, de más de 35 parapolíticos, la pérdida de investidura de más de 69 congresistas, la nulidad de la elección del Procurador Ordoñez, la nulidad de la elección de los magistrados Ricaurte y Munar, la exclusión del magistrado Pretelt, la investigación actual contra los exmagistrados Ricaurte y Bustos, y contra el magistrado Malo. Y las condenas contra altos oficiales de las Fuerzas Militares por el Palacio de Justicia, por masacres, por el apoyo o vínculo con paramilitares, debido a los falsos positivos y por narcotráfico, etc.

Lo anterior demuestra que si bien somos una democracia imperfecta, corrupta, clientelista y politiquera, los controles, frenos y contrapesos judiciales de las altas cortes, han impedido que los otros dos poderes rompan o quiebren por completo la institucionalidad. Algunos gobiernos han logrado doblarla un poco, abusar de ella, pero no romperla, ni quebrarla.

Falsa polarización

Otro académico que entregó su posición fue Édgar Ramírez, profesor titular de la Universidad Nacional:

1. Persisten altos niveles de radicalismo, distorsión mediática y de violencia que dificultan a sectores de izquierda democrática acceder al poder presidencial en Colombia.

Tenemos dolorosas experiencias de líderes y candidatos asesinados en contiendas electorales por la Presidencia. Las élites son intolerantes y hoy mantienen esquemas confrontacionales y tergiversadores para impedir la llegada de un candidato de izquierda a la presidencia.

2. Existe una falsa polarización creada por los líderes políticos encabezada por expresidentes, que ante amenazas al establecimiento político sufren amnesia tropical y pactan para excluir del poder a sectores democráticos o de izquierda.

De otro lado, existen sectores de opinión urbanos, jóvenes y alternativos que vienen consolidando un voto libre y democrático, que se manifiestan en las urnas y que en el mediano plazo pueden generar convergencia en torno a nuevos liderazgos políticos democráticos o de izquierda.

3. La globalización política permite a los actores e institucionalidad internacional cumplir el papel de veedurías internacionales. En Colombia sería más fácil el fraude antes de la llegada de un outsider de izquierda al poder, aunque por nuestra larga trayectoria de violencia política podrían comprometerse a sectores guerreristas de las Fuerzas Armadas en una aventura golpista.

Lea: El novelón de Petro con el Club Campestre

Orden y progreso

También contribuyó a encontrar una respuesta el profesor de Unaula, Rodolfo Correa:

1. Con toda sinceridad no creo que el país esté preparado para un gobierno de izquierda. Creo que la izquierda no está preparada para gobernar el país. Petro demostró ser un pésimo administrador. Bogotá no avanzó en nada. No hubo construcción de ciudad, ni construcción de ciudadanía. Dice el evangelio: "por sus obras los conoceréis". La gente ya vio que tipo de Gobierno hace la izquierda.

2. Colombia está madura para un gobierno de izquierda, pero la izquierda no está madura para gobernar el país. El país necesita dos cosas: orden y progreso. Eso implica respeto a la propiedad privada, reforzamiento del aparato institucional para garantizar la seguridad urbana y simultáneamente la adopción de un modelo de desarrollo económico y social que potencie la capacidad productiva de las regiones. Eso, sinceramente, no lo veo en la propuesta de la izquierda.

3. Colombia no está dispuesta a convertirse en Venezuela. Así que si por alguna razón gana la izquierda, si esta quisiera mantenerse en el poder, deberá respetar el orden económico y social pactado en la Constitución del 91. De lo contrario creo que la violencia sería inminente.

No hay condiciones

Entre tanto el experto en estrategia y comunicación política, Carlos Arias, respondió así los tres interrogantes:

1. En este momento no están dadas las condiciones, ni electorales y ni ideológicas para que se dé un cambio de posición política o de modelo de país, en el que las bases que ha propuesto la izquierda puedan gobernar.

Colombia estaba lista para hacer una transición a un país menos cargado a la derecha en temas políticos y con una economía más moderada y cercana al medio ambiente, entre otros aspectos. Sin embargo, esto no se dio y toca esperar qué sucede en 4 años.

2. Colombia está un proceso de cambio que asegura que en un mediano plazo sí podría darse una figura de izquierda en el Gobierno. Esa transición solo podrá ser si la figura que se proyecta para ello tiene matices más moderados. Colombia sigue siendo una sociedad ideológica y políticamente de derecha y centro derecha, a pesar de que hay avances significativos en posiciones tan importantes como modelos económicos menos extractivistas, derechos civiles para la población Lgbti, entre otros.

3. Colombia es una sociedad con una democracia sólida y aunque en las últimas elecciones se confirma que debe haber una modernización y transformación de las instituciones electorales porque está minada la confianza en ellas, el que los candidatos reconocieran los resultados electorales aleja medianamente el temor de un Golpe.

Sin embargo, lo que está en juego con la paz y su implementación, podría no solo dar al traste con lo alcanzado a la fecha, sino que podría generar una gran desconfianza en otros procesos que permitirían focalizar los recursos del Estado en el desarrollo y los podría llevar a la guerra.

Un toque femenino

Y la comunicadora y analista de temas políticos, Claudia Posada, expuso también su criterio y ayudó a entender los tres interrogantes:

1. Desde luego que esa posibilidad no es totalmente descartable para segunda vuelta presidencial el 17 de junio; aunque se ve difícil descontar un número tan alto de votos alcanzados por Duque al superar a Petro el 27 de mayo. No es de extrañar que muchos electores que depositaron su voto a favor de Vargas Lleras, aumentarán la cifra a favor del ungido por Uribe; así como algunos de Fajardo y De La Calle, contribuirán en el triunfo del candidato del CD, con más probabilidades.

Menos fácil, en cambio, pronosticar qué va a pasar con la votación de electores quienes, aunque estamos tan cercana la fecha de la segunda vuelta, no han tomado decisión alguna; siendo fieles seguidores de los candidatos de centro - por el convencimiento producto del raciocinio - se resisten a sumarle votos a la derecha o a la izquierda representadas en el uribismo y en el petrismo; no por lo que significan estas corrientes ideológicas, o posiciones

políticas, sino más bien por las particularidades en el marco político colombiano de hoy.

2. Colombia, políticamente, apenas empieza a racionalizar enfoques ideológicos, doctrinas, programas, idearios. Estaríamos maduros si tuviéramos el firme convencimiento de lo determinante que es nuestro voto, y conociéramos la real diferencia de fondo entre una y otra propuesta, entre uno y otro mandato para orientar el país.

¿Queremos prosperidad económica, o privilegiamos justicia social? ¿Estamos en capacidad de poner en una balanza los pro y contra de cada una de las opciones para la segunda vuelta? ¿Vemos a Petro como un exguerrillero simplemente, o como un representante de la izquierda? ¿Analizamos a Duque en sí mismo, con sus fortalezas y debilidades, o sencillamente lo elegimos porque es “el que dijo Uribe”? ¿Sabemos que estamos sujetos a manipulaciones que no permiten profundizar en ventajas e inconvenientes de una u otra decisión, o mejor nos allanamos cómodamente en este o aquel meme, relato, o postura libreteada que rueda por las redes sociales? Estamos viches en formación política.

3. Para significar cómo, no todo golpe de Estado responde a igual situación o a las mismas causas; cómo las circunstancias que lo precipitan han sido diversas y así lo demuestra la historia en cada país en donde los ha habido, y, de qué manera sus alcances y efectos se relacionan con el momento de ocurrencia, es interesante remitirnos a nuestra propia historia.

Se cuenta que en 1953, es decir, cinco años después del pavoroso 9 de abril de 1948, el mismo Laureano Gómez, conservador, le pidió al General Gustavo Rojas Pinilla que se tomara el poder con tal de no cederle definitivamente el mandato a Roberto Urdaneta, quien había estado transitorio como mandatario de Colombia, en remplazo provisional del presidente Laureano Gómez. Después de pocos días de intensos tira y afloje, con intríngulis, marrullas y componendas usuales en las esferas de poder y decisión (como ocurre hasta hoy), se montó Rojas Pinilla.

Aunque dictador militar, para algunos de la misma generación y otras posteriores, él fue determinante en el mejoramiento de las clases menos favorecidas, e inclusive le reconocen el estímulo al trabajo y el desarrollo de la infraestructura del país. Pero también se aseguran que fue un populista desastroso quien, entre otros abusos, hizo censura a la prensa hasta el punto de establecer cárcel para directores de medios que hablaran mal de su mandato. En resumen, un golpe de Estado es de consecuencias impredecibles. Los ha habido con buenos efectos, e igualmente desencadenantes de malas experiencias. Así que, todo golpe de Estado no necesariamente genera una nueva era de violencia.

Compartir Imprimir

Comentarios:

Álvaro
Álvaro
2018-06-08 16:29:33
Ya la izquierda ha tenido oportunidad de gobernar en Colombia, así solo haya sido como gobernadores o como alcaldes, precisamente, en la más importane alcaldía del país: Bogotá. En Bogotá, concretamente, los gobiernos de izquierda han sido un fiasco absoluto. Basta recordar a Samuel Moreno Rojas para ver hasta donde puede llegar un mal administrador. La administración de Gustavo Petro fue un fracaso completo, pues nada de lo prometido pudo cumplir, en cambio, tiene en curso varias investigaciones fiscales y disciplinarias por malos manejos. Petro es un hombre muy inteligente, sin lugar a dudas, pero además de la inteligencia, se requieren preparación y conocimientos para poder gobernar.
Edgar
Edgar
2018-06-08 11:45:04
Veo a casi todos los analistas bién estructurados, con énfasis en David Suárez T de Eafit y Rodolfo Correa de Unaula. Carlos Arias se ve muy prudente, a mi tocayo Edgar Ramírez de la U Nacional se le ve muy contaminado de la verborrea izquierdista de las universidades públicas. Y Claudia Posada , más prolija, nos dió una clase de historia en lo de los golpes de estado. Buenas notas , como para pensar un poco.
luis orlando
luis orlando
2018-06-08 11:32:57
La supremacía periodística: Mientras que a esta hora 11 am, el periódico El Tiempo tiene miles de comentaristas sobre las noticias, en el periódico el Colombiano nadie opina por la dificultad que existe con el portal Disgus, en el periódico el Mundo nadie opina porque se vuelve aburridora su página con una mancha roja que ocupa la mitad de la pantalla y en el periódico el Espectador porque quieren que para opinar hay que pagarles suscripción. La innovación y competitividad del periódico El Tiempo no la tiene nadie.

Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

Anibal Gaviria
Política

Aníbal Gaviria adhiere a la campaña presidencial de Iván Duque

El exalcalde de Medellín y exgobernador de Antioquia destacó del candidato del Centro Democrático su liderazgo, inteligencia, prudencia, gran capacidad de estudio y...
Gustavo Petro
Política

Petro reitera llamado al centro para unirse y ganar Presidencia

El candidato insistió en que el sistema electoral del país tiene fallas y recordó que el software utilizado en la primera vuelta no pudo ser revisado y consideró...
Gustavo Petro Ivan Duque
Política

Duque logra 52% en intención de voto frente al 34% de Petro

El pasado 27 de mayo se llevó a cabo la primera vuelta presidencial en la que Duque obtuvo más de 7,5 millones de votos (39,13 %) y Petro consiguió 4,8 millones...

Lo más leído

1
Cazamentiras /

Nicolás Maduro, ¿colombiano?

Recientemente, usuarios en las redes sociales reavivaron la polémica en torno a la nacionalidad del...
2
Palabra & Obra /

El extranjero, una metáfora del absurdo

Meursault como símbolo del descalabro de la razón y del sujeto
3
Sectores /

Colombia en la Ocde: un reto para la educación y el medio ambiente

Un sistema de producción que piense en generar menos impactos en el medio ambiente, y un sistema educativo...
4
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
5
Asia /

China insta a Norcorea a no provocar con misiles y armas atómicas

El encuentro tuvo lugar al margen de la reunión de ministros de Exteriores de la Asociación de Naciones...
6
Columnistas /

Ceguera moral e insensibilidad

Acaba de morir, a los 91 años, el connotado intelectual, filósofo y sociólogo Zygmunt Bauman, autor de...