Fue uno de los obispos colombianos más destacados por su notable participación en varios dicasterios de la Curia Romana.
La inhumación del cardenal Darío Castrillón Hoyos se realizó este viernes en la Catedral Metropolitana durante una eucaristía que recordó la figura de un abnegado pastor dedicado a sus hermanos y dueño de una fe profunda.
El regreso a su natal Medellín, tras haber partido de este mundo el pasado 17 de mayo, en el Vaticano, fue un deseo del prelado, quien según contó el delegado arzobispal para las comunicaciones, Juan Ricardo González, dejó clara esta petición en vida.
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El sacerdote González recordó que el cardenal fue un hombre profundamente vinculado a la historia de la Iglesia Latinoamericana, sobretodo civilizando el rostro de esta “a partir de su teología propia”.
Además “como perfecto de la Congregación del Clero prestó un servicio muy importante, en donde la Iglesia entera fue la beneficiaria de sus servicios”, agregó el padre.
Los restos del purpurado reposarán en un lugar especial de la cripta ubicada en la Catedral Metropolitana.