La otra sepultura de Armero

Autor: Álvaro González Uribe
16 noviembre de 2018 - 10:05 PM

El pasado martes 13 de noviembre se cumplieron 33 años de esa pavorosa catástrofe que se pudo evitar, que más bien fue un holocausto. El volcán avisó con tiempo suficiente

“Papá, ¿entonces estamos parados en 20.000 muertos?", me preguntó incrédulo y sorprendido mi hijo de nueve años cuando conocimos la ya verde explanada donde yace sepultado Armero.

Lea también: Agua pasó por aquí

Me impresionó esa tragedia como a tantos en el mundo. Siempre quise ver el lugar con mis propios ojos, imaginar allí mismo lo que sucedió y percibir mis sensaciones. Pensar, meditar, llorar en silencio a mi Colombia. Pese al tiempo, sentí algo sobrecogedor, indescriptible. Mis hijos, muy niños, no sabían de la tragedia y en ese viaje aprendieron mucho de la vida, de la muerte, de su país.

El pasado martes 13 de noviembre se cumplieron 33 años de esa pavorosa catástrofe que se pudo evitar, que más bien fue un holocausto. El volcán avisó con tiempo suficiente. También lo advirtieron científicos de varios países. La criminal omisión y negligencia de altas autoridades fue sepultada con Armero.

Me perdonan los lectores, pero en esta columna los sentimientos que quiero transmitir pueden ser sentidos de una manera más profunda leyendo y oyendo los siguientes fragmentos textuales:

“La ciudad perdida”, Juan David Correa:

“Yamid Amat hablaba atropelladamente con Leopoldo Guevara, voluntario de la Defensa Civil de Venadillo, y con el mismo Rivera [Fernando, piloto de fumigación]. ‘Desapareció todo el mundo, yo creo que queda un 5 por ciento de lo que era Armero’. La conversación era inverosímil. Tanto que, años después, Guevara dijo que ni Amat, ni Juan Gossaín, ni el propio Belisario Betancur le creyeron cuando intentó avisarles. Pero a esa hora de la mañana ya la versión era casi oficial. Ni Guevara podía creer lo que veía: ‘Todo era silencio, silencio y barro. Armero es un playón’, dijo”. (Semana, 11-13-18).

“El Estado tiene responsabilidad en la tragedia de Armero”, Cecilia Orozco Tascón:

“En 1984, un año antes de la erupción del volcán nevado del Ruiz que desapareció a la población tolimense de Armero con una enorme avalancha de lodo, el representante a la Cámara Hernando Arango Monedero advirtió que esa tragedia podía presentarse en cualquier momento. Nadie le prestó atención. Arango dijo en el Congreso: ‘Que no se diga mañana, honorables representantes, porque ustedes serán testigos de lo que estoy diciendo aquí, que no se advirtió al Estado que hay fenómenos que se están produciendo, que amenazaban… indirectamente a 3 millones de personas… que no se diga (qué pasó) con las gentes que viven en las laderas del nevado del Ruiz que están, en este momento, amenazadas directamente… las unas por encontrarse en el camino del potencial peligro y las otras porque les tocará vivir de cerca la tragedia; que no digan, señores ministros, representantes de ese Estado en el Ejecutivo, que no es necesario tomar una acción de inmediato… Dios quiera que tales fenómenos no lleguen al extremo; pero Dios quiera también que esto nos sirva de lección para que no nos tome por sorpresa esta u otras tragedias de mayor o de menor cuantía. Aquí hay que terminar como el presidente (Belisario Betancur) lo hace con gran frecuencia: que Dios nos tenga de su mano’”. (El Espectador, 5-11-15).

Armero, una tragedia permitida por la burocracia y la desidia”, Jaime Ortega Carrascal:

“Científicos de Suiza e Italia que habían investigado la reciente actividad del volcán también alertaron meses antes del riesgo, pero no hubo ni atención ni presupuesto para comprar los sismógrafos recomendados por los expertos para vigilar al Nevado del Ruiz”. (EFE, Bogotá, 10-11-16).

“Mala Memoria”: Luis A. Patiño M.:

“Lamentablemente, el ministro de Minas de ese entonces, doctor Iván Duque Escobar, y el gobernador del Tolima, Eduardo Alzate, tomaron jocosamente el asunto. El gobernador Alzate, pocos días antes del desastre, se negó a recibir al alcalde de Armero, señor Rodríguez [Ramón], quien angustiosamente le solicitaba su intervención. En la Cámara de Representantes el doctor Hernando Arango Monedero urgió al ministro Duque que adoptara medidas para salvar a miles de personas, pero recibió respuesta despectiva”. (Semana, 2-12-06).

"Armero quedó arrasado casi en un ciento por ciento, piloto”:

Vea además: Solidaridad selectiva

Termino con el siguiente audio (Caracol.com, archivo), lo más dramático que he escuchado en mi vida. Recuerdo haberlo oído en directo muy temprano una mañana gris en Medellín mientras me desplazaba en mi carro por la calle 30: http://caracol.com.co/radio/2015/11/12/audios/1447334463_993471.html

¡Ay Colombia!, eres una herida, ¡y cómo dueles!

 

 

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