Que la gangrena de la corrupción desaparezca de cuanto haya pringado
La lucha contra la corrupción es una tarea que tiene que ver con el bienestar de la dignidad humana´ como nos lo han repetido empleadas de la EPS Rosalpi; entre ellas Gloria Inés Córdoba Sosa, Gloria Aidé Jaramillo Ospina, Claudía María Carvajal Medina y ahora nos vienen con el “uso de armas químicas”, empleadas recientemente en la lejana Siria y cercanas zonas patrias, laceradas por la malhadada y secular violencia. Lamentable que se utilicen armas químicas contra seres humanos.
En nuestra Cumbre de las Américas, a la que asistieron voces de reconocido talante intelectual: honestas, se vieron y oyeron juiciosos postulados en pro de desterrar de base, lo que aún queda en nuestros gobiernos, contaminado de dudosas intenciones de malos manejos con dineros públicos y sincera intención de acabar con “eso de la corrupción” que tan malos réditos han dejado al desarrollo del país y a entrar en una diáfana y transparente tabla de desarrollo cultural y económico, en todos los frentes del devenir colombiano. Diafanidad en las inversiones para obras de educación; diafanidad en la composición de estructuras para exportaciones; transparencia en cuanto atañe a integración de gastos para grandes obras de desarrollo comunal y, en fin, transparencia en el ir y venir de lo requerido para desarrollo armónico de las entidades autorizadas para honra y prez te todos nosotros. Que la buena fama, anide dispersa en los países de esta América Latina, que también más allá de dichas delimitaciones. Que todo lo que nos falta por recorrer contra la llaga de la corrupción, sea diluido pronto y sólo reste “poner las cosas en orden”, con fundamento en limpieza y honestidad en los frentes del presente y futuro nacionales.
Que la gangrena de la corrupción desaparezca de cuanto haya pringado. Que esa peste, reciba riguroso tratamiento para que nadie, en ningún lugar del mundo, nos increpe aún, de esa peste, maligna y roedora del buen suceder patrio.
Ya se tiene conocimiento de que en la enseñanza secundaria y universitaria patrias, el fervor y la recalcación sobre lo nefasta que es, está siendo bien acogida por la plataforma estudiantil y es de esperar, que con el correr de pocos lustros, tendremos en todos los planos del acaecer, económico o no, nitidez en las facturas y un comportamiento transparente y fluido, en el cotidiano quehacer. Sobornos y otras conductas delictivas, habrán de estar fuera de nuestro avatar, pues desde la escuela nos habrán hecho comprender que hemos llegado al plano de diáfano progreso.
Multitudinarias felicitaciones merecen los educandos que desde ahora y sus claustros, propalan y difunden repugnancia a quienes han propalado y “beneficiado” de dineros o bienes mal habidos, mediante trucos de variada índole, que no desconocen los amigos de la desgraciada corrupción.
Dignatarios y jueces de la República: ¿Cuándo sabremos que los corruptos tienen cárcel sin condiciones especiales y que no volverán a contratar con entidades del Estado? ¿Los aspirantes a la Presidencia, empezando por el Señor Gustavo Petro, en el tramo último de la campaña, se comprometieron en acabar con la corrupción? Quiera la buena voluntad de ellos, que sí.