Atender a Savia Salud es una necesidad del sistema, en especial de los prestadores que se van desangrando por las deudas no pagadas por las EPS liquidadas. Pero no es la única solución.
Tras un extenso forcejeo que tuvo sus últimos capítulos en la presentación del proyecto de ordenanza, que la Asamblea no tramitó, para permitir a la Gobernación que vendiera sus acciones en Savia Salud, los socios de la EPS acordaron con el Ministerio de Salud iniciar un proceso de vinculación de nuevos asociados, para lo que buscarán apoyo de una banca de inversión, y de reorganización interna, tendiente a mejorar los procesos que haya lugar para darle viabilidad a la entidad que atiende 1,7 millones de usuarios del régimen subsidiado en salud pero que ha perdido siete veces su patrimonio, situación que la hace inviable financieramente, así lo sea socialmente.
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La determinación tomada el pasado jueves por la Gobernación de Antioquia, la Alcaldía de Medellín y Comfama, y avalada por Minsalud, ofrece alivio a los usuarios de la institución que hoy está a cargo de todos los pacientes del régimen subsidiado en Antioquia. También es una buena noticia para los prestadores, que cuidan de los pacientes para luego emprender el calvario de cobrar a las entidades administradoras y responsables de la atención directa a los pacientes. A ellos y a los proveedores, la EPS mixta les estaría adeudando cerca de $1,2 billones, que esperan recuperar, al menos en parte importante, con un acuerdo que aleja los fantasmas de la intervención y/o la liquidación ensayadas en los casos de SaludCoop, Cafesalud y Caprecom, y catastróficas para las IPS, que vieron como se reconoció apenas un porcentaje de sus acreencias y siguen esperando esos pagos.
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La expectativa de salvación de Savia Salud todavía exige permanecer vigilantes frente a promesas y compromisos, pues en el pasado reciente se registran incumplimientos en promesas como la de la inversión del Gobierno Nacional a través de bonos convertibles en acciones, Bocas, que se dijo serían $100.000 millones, o como el preacuerdo para que los prestadores ingresaran como socios de Savia.
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La posibilidad de que Savia Salud sea rescatada y adaptada a las condiciones del sistema de salud, para que sobreviva como entidad administradora de la atención en salud para los antioqueños afiliados al régimen subsidiado es una repuesta consecuente con los usuarios, así como con los logros, para algunos aparentemente olvidados a pesar de ser importantes innovaciones que otras instituciones han copido, en la atención de enfermedades catastróficas y en la prevención de otras con riesgo de serlo, hechos que demuestran que, por encima de sus serias dificultades, el modelo de la EPS mixta es una respuesta inteligente para un sistema en crisis económica, que obedece a que se concibió para ser financiado por una mayoría de afiliados contribuyentes pero que terminó atendiendo a beneficiarios y usuarios subsidados.
La crisis de Savia Salud ha demostrado debilidades del sistema de salud que es preciso corregir si se quiere garantizar que el aseguramiento conduzca a la atención en condiciones razonables que protejan la vida y atiendan razonablemente a los enfermos. Superar esas debilidades excede las competencias de Savia e incluso las de sus socios y recuerda que el Ministerio de Salud no ha logrado aclarar plenamente las competencias y formas de financiación de las atenciones NO POS; que la Comisión Séptima de la Cámara de Representantes dejó hundir la reforma que aclararía la financiación y funcionamiento del sistema de salud, decisión en la que la representante Ángela Robledo fue determinante, y que la Corte Constitucional ha ejercido laxo manirrotismo judicial para ofrecer prebendas en materia de salud, sin cuidarse de pensar en que estas son atendidas por un sistema estructuralmente desfinanciado. La elusión de los cambios urgentes sigue siendo onerosa para todo el sistema, incluso aquellas de sus partes que hoy parecen saludables.
La agonía de la salud