Me voy a referir a lo que pasó en el Senado, en un colérico debate sobre corrupción, liderado por los precandidatos Jorge Robledo y Claudia Nayibe López. Eso fue este lunes en la noche y es una muestra de la polarización que existe entre la derecha y la “izquierda” (la pongo entre comillas, porque decir que Fajardo es de izquierda es como jurar en falso), de cara a las presidenciales de 2018. Ya pasamos de las reyertas de los del “no” y de los del “sí” a la pugnacidad de los buscadores del solio de Bolívar. La verdad es que las apuestas se enfilan a que tras la segunda vuelta del sucesor de Santos, la definición se dará entre Sergio Fajardo Valderrama y Germán Vargas Lleras.

La Revista Semana (sobre la cual sintetizaré mi columna, de acuerdo con su detallada crónica), calificó de “una gallera” lo que acaeció en ese debate. Otros hablaron de agitada confrontación. Y no faltaron los que motejaron lo sucedido como “caldera del diablo”. Lo cierto es que el blanco de los virulentos ataques fue plural: Néstor Humberto Martínez, Germán Vargas Lleras y el Partido Cambio Radical. Comenzó el arquitecto Robledo a edificar mandobles contra el fiscal, a quien le tiene un hambre asombroso de agravio y lo tilda de ser parte de Odebrecht, amén de relacionarlo con vínculos del Cartel de la Toga. Asegura Robledo, que el exmagistrado Leonidas Bustos fue el jefe de campaña de Martínez Neira para que la Corte Suprema lo eligiera como fiscal general de la Nación. 

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Robledo, siguió atacando y asoció a Vargas Lleras con el paramilitar Martín Llanos (caso que está cerrado). Y agregó que el fiscal está en campaña para elegir a Vargas Lleras y pronosticó que Martínez Neira será candidato presidencial 2022. Le pidió la renuncia al fiscal para que se defienda del caso del exfiscal anticorrupción (Gustavo Moreno). Claudia Nayibe López, entretanto, dijo que Vargas Lleras lleva ocho años cooptando magistrados y aseguró que Francisco Ricaurte es pieza de Vargas Lleras. Acerca del candidato presidencial de Cambio Radical, Claudia Nayibe aseguró que “va de pueblo en pueblo, reclutando bandidos” y lo sindica de ser “el campeón de las votaciones atípicas en el Casanare”. No contenta con ello, aseveró que Cambio Radical es una banda y que para ingresar a ese partido “hay que tener prontuario”.

Además, la senadora López se vino lanza en ristre contra Alejandro Char (el alcalde con los máximos puntajes de favorabilidad en Colombia) de quien aseguró que tiene veintiuna investigaciones en Barranquilla pero sobre el cual no pasa nada. Por más de una hora, no dejó títere con cabeza y el senador Germán Varón tildó de mentirosos a Robledo y López y contraatacó contra Robledo al asociarlo con el venal Samuel Moreno. Mauricio Lizcano, no se quedó callado y dijo que Claudia Nayibe López era una corrupta. La congresista Daira Galvis, de Cambio Radical, le recordó a Claudia Nayibe López que cuando laboró en la alcaldía de Bogotá fue denunciada por irregularidades.

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El senador Alfredo Ramos, dijo que “Claudia Nayibe López no es más que la telonera de Sergio Fajardo” y Viviane Morales, calificó el debate como el show de una youtuber, que es afín con las Farc”, aludiendo –claro está– a López. No tardó Iván Duque en calificar el debate como “espectáculo circense” y les dijo a Robledo y a López que tenían doble moral porque sus partidos apoyaron la reelección de Juan Manuel Santos. Hasta un senador (Aguilar) le enrostró a Claudia Nayibe López que “había camas en el psiquiátrico de San Francisco y que una era para ella”.

El debate era para ahondar en los casos Odebrecht y el Cartel de la Toga, y lo que hubo fue una sarta de denuestos, descalificaciones, odios y una noche verdulera que la Revista Semana tildó de una gallera en la que se convirtió el Senado en esas horas de madrazos. Definitivamente, Robledo y Claudia Nayibe, son más de lo mismo. Su estilo busca descalificar a los de la derecha, mientras los de la derecha pretenden arruinar a los de la izquierda, incluido Fajardo. Eso es lo que tiene hastiado a este país.