Cultura no es saber latín

Autor: Carmen Vásquez Gómez
9 septiembre de 2019 - 05:46 PM

Afortunadamente en este mundo damos la vuelta a la esquina y nos encontramos con seres humanos que son diferentes hasta para caminar. Don José no sabe de que signo es y no le gasta afán  a caminar. Es un señor editor, su pasión es la lectura, escribir, maneja el tema del transporte al dedillo y es el ganador del Premio Idea a la Investigación Histórica de Antioquia en la Categoría Mejor Monografía.

Medellín

Estando muchacho comenzó a escribir una columnita semanal sobre economía en El Colombiano, invitado por Gustavo Adolfo Londoño y allí duró 1.000 años hasta que lo echaron por escribir del Metro, mejor dicho por analizar los problemas del Metro. De aquí se fue para El Tiempo, donde lo recibió gentilmente Hernando Santos y en donde  se volvió importante dice él  y duró 90 quincenas hasta que murió don Hernando y quedó Enrique Santos Calderón que a la semana lo colgó porque ya el periódico cambió de orientación y lo remplazaron por Poncho Rentería. De un analista historiador  a uno que escribe chisme ventiao.

Pero lo llamó don Guillermo Gaviria a EL MUNDO, con el que escasamente se conocían y lo invitó a escribir. Con él se formó una amistad muy grande que resistía todas las discusiones y puntos distintos, pero nunca le replicó, ni le colgó columna. Este es el único lugar de donde no lo han echado. Y como hace parte del grupo de columnistas de nuestro periódico, no podemos dejar de preguntarle cómo ve lo que se lee hoy en día, qué periódico le gusta. La respuesta la da muy rápido.

“Me sigue gustando El Mundo, la edición dominical es un esfuerzo extraordinario, es tal vez el único periódico que conserva la independencia de criterio, no está financiado por intereses inaceptables, por eso tiene dificultades y esto es lo que lo hace importante. En el internet se ve una decadencia de la prensa colombiana. El Colombiano está muy bonito, su presentación es linda; El Tiempo me da pena decirlo ha perdido mucho porque perdió independencia, se convirtió en una agencia de relaciones públicas del gobierno de turno y El Espectador, que pena, es la sucursal del Partido Comunista, es el remplazo de Voz Proletaria”

Estudiante del Colegio San José, de profesión administrador, ha sido empleado público, dedicado lector, estudió administración educativa en el Reading en Inglaterra, economía en el London School  y en España en la Escuela de Administración Pública de Alcalá, planeación económica. Tiene 26 años de ser editor y ha publicado muchísimas cartillas y libros: El primer libro fue sobre el negocio del Metro con el que ganó el Premio Diners de Periodismo Económico; luego escribió una biografía de Mariano Ospina Pérez; el tercer libro fue Los Espectros de Panamá, con motivo del Centenario de la perdida de Panamá; luego el Manual del  Río Magdalena, bellísimo libro, uno de los que más le ha gustado a él; al cumplir 100 años el Ministerio de Obras, escribió, La historia del transporte a partir de 1492 al 2007 y con el sexto se acaba de ganar uno de los Premios del Idea, La Historia del Municipio de La Ceja. 

 

 

La Ceja es el territorio en donde vive con su señora desde hace siete años. Aquí tiene sus raíces, aquí nació su mamá en 1912, su abuelo Andrés Sanin Llano, fue médico municipal y promotor del acueducto. Su infancia fue de vacaciones en La Ceja cuando era bella, no había cultivos de flores, todo era verde y hermoso, un valle sin obstáculos.  Este fue el territorio que él investigó desde que se fue haciendo pueblo, los salarios, la escuela, la iglesia, los jefe de hogar, los indios, los primeros caminos de la época. Pueblo sin agua potable, sin energía eléctrica y con grandes dificultades hasta 1953 cuando La Ceja cumplió 100 años de vida municipal y doña Carola Correa, esposa de Rojas Pinilla, de familia cejeña, con su sobrino cercano al gobierno, Gabriel Correa, se inventaron que la nación se vinculara al centenario y con este pretexto lograron una platica para el acueducto y la energía, hasta que llegó Acuantioquia y la Electrificadora de Antioquia. Tema de preocupación es la carretera con la historia del Tranvía de Oriente, cuando resolvieron construir un tranvía que iba de Guarne, Marinilla, Rionegro, La Ceja, el Buey hasta llegar al río Magdalena y con seguridad esto era un chanchullo.

Pero esto no funcionó. Y hasta un agiotista apareció… todo esto lo descubrió don José Alvear. Es fascinante escucharlo, se pueden pasar horas y horas y él tiene historia. Nada de chismografía dice él.

 

¿Y la platica de este Premio del Idea? 

Premio que desde 1987 este Instituto ha venido entregando con importantes aportes,  un concurso histórico de investigación de desarrollo, se han premiado excelentes obras. Monografía Histórica y Económica de La Ceja, que enseña mucho sobre el desarrollo de Antioquia.

Es buena la platica de seis millones y con gracia nos dice que se los va a llevar todos a Luis Carlos Sarmiento Angulo, ahora que se acerca la Navidad.

 

¿Se ha hablado de la creación del área metropolitana del Oriente antioqueño?

Sí y es muy importante, pero hay que coordinar que cada alcalde no haga lo que se le antoje, sino que haya un plan directivo, que se atienda el problema ecológico del Oriente, el problema de las aguas que es delicado, si va a ver algún desarrollo industrial que no sea de carácter contaminante, además la afluencia de nuevas gentes. Hay un plan urbanístico pero la llegada masiva da mucha preocupación. Es conveniente coordinar el desarrollo a través de una autoridad metropolitana.

 

Lea también: Los cuentos de Spitaletta en Medellín, ¡cómo te siento! 

Don José Alvear Sanín, que ni pintado en sus tradiciones y respeto, es el mismo que no duda en decir lo que honestamente piensa, como  seguir pensando que es absurdo el tema de las ciclo vías en Medellín, porque esta ciudad por su tipografía y distancias no puede ser ciudad de ciclistas, que esto es para Copenhague. Que aquí nadie está atendiendo el problema de los motociclistas, a los que sí hay que hacerles una vía para evitar accidentes mortales, ya que este es un trasporte económico y rápido.  Sigue pensando que la inversión del Metro es la más desacertada de la historia de Colombia así haya mejorado algo y que dejó al país con una deuda tan absurda y eso en Bogotá de gastarse tantos millones para una carrilerita y un Metro equivocado que no es la solución. Cree que hay otras opciones mejores. Los intereses son monumentales, el electorado no sabe que es un Metro subterráneo o un Metro elevado.

Ha vivido y ha viajado y con toda franqueza dice que le gusta más Madrid que París, que Barcelona no le gusta por sus ánimos de independencia y  le encanta Andalucía.

 

¿Sus libros?

“Cultura no es saber latín, cultura es saberlo olvidado” Hay que leer los mejores, no los buenos. Los clásicos, la Ilíada y la Odisea, El Quijote. A los jóvenes de hoy les recomiendo El Quijote comentado por Vargas Llosa. Carrasquilla es insuperable y llevo leyendo a Tolstoi  hace 50 años y no he podido acabar. Hay que leer, La Nueva Historia de Colombia por Indalecio  Lievano Aguirre y ahora hay un libro “Imperio Fobia”, de María Elvira Roca Barea, los mitos que afectan la comprensión de España.

 

¿Su música?

Nada, soy sordo, soy una tapia, no sé nada de música. En la familia de mi papá todos eran músicos, pero mi papá era sordo y en la familia de mi mamá todos eran sordos y se juntaron. En lo único que me parezco a Napoleón es en lo que él decía: La música es el ruido que menos me desagrada”  Y yo opino lo mismo.  Pero eso sí siempre que no sea rock que me parece una porquería.

 

A este hombre tan especial hay que preguntarle de que planeta viene. Y lean la respuesta. 

 

 

¿De qué signo es?

Ni idea, no sé, mi religión me impide ocuparme de esas cosas. La religión católica es enemiga de esas cosas.

 

¿Septiembre es amor y su definición del amor?

Soy afortunado. Me empezó tarde la fortuna en el amor pero hace 26 años me case con la mujer más maravillosa del mundo. Único matrimonio porque el primero fue anulado por la Santa Madre Iglesia. Lo peor que hay en el mundo es un mal matrimonio y lo mejor del mundo es un buen matrimonio y me tocaron los dos.  Llevamos 26 años maravillosos.

 

¿Cómo ve a la Iglesia de hoy?

No hablemos de eso tan espantoso. La Iglesia tiene gente maravillosa pero desde los últimos 50 años vino el Concilio Vaticano II que acabó con todo y el Papa Pablo VI no pudo ser peor y ahora…este es un verdadero sinvergüenza…No hablemos de la Iglesia porque soy católico y siento un gran dolor.

 

¿Libertad sexual?

Ahora esto es la moda, el matrimonio no tiene duración, el libertinaje sexual es muy preocupante, la permisividad de la droga, nacen niños adictos al opio, el problema cultural, la decadencia de la Iglesia. Hay gente buena, excelente, estudiosa, pero en general si hay una gran baja académica. Hay que seguir adelante. Nadie se da cuenta del desarrollo de Colombia, es un país maravilloso. Hace 100 años Colombia era de los países más pobres, no habían centros de salud, hoy el campesino tiene celular, televisión, el progreso es monumental. Colombia es de los países más avanzado y esto lo ignoramos. El progreso gastronómico del país, con su hotelería es muy bueno, pero en las carreteras es mediocre la gastronomía. Hay que pensar en otras rutas con el turismo, por ejemplo el río Magdalena.

 

José Alvear Sanín es polémico, pero tiene firmes bases para dar cualquier pelea en el conocimiento de sus temas, el más importante el transporte y por eso este diálogo termina con su sueño y recomendación. En materia de transporte la propuesta del doctor José Alvear Sanín es inmensamente maravillosa: Teléferico en el Cerro Tusa y en el Peñol, además el teléferico entre el Cerro El Volador y el Parque Arví.

Dios quiera que esto sea una realidad, ya que sería de gran valor de recreación turística en el departamento.

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