Andrew Wyeth, el centenario del “pintor del pueblo” estadounidense 

Autor: Daniel Grajales Tabares
9 julio de 2017 - 02:00 PM

El centenario del artista estadounidense Andrew Wyeth permite revisar la importancia de su producción, así como sumergirse en El mundo de Christina (Christina's world), su obra más recordada, que hoy puede ser vista en el Moma (Nueva York). 

Medellín

Christina Olson, una mujer con deterioro muscular, con parálisis en la parte inferior de su cuerpo, quien se arrastraba por los suelos para lograr recoger las verduras de su jardín, y así poder alimentarse, fue la musa de Andrew Wyeth, quien la inmortalizó en su obra más conocida, El mundo de Christina (Christina's world), pintada en 1948, hoy exhibida en el Museo de Arte Moderno de Nueva York (Moma). Sin embargo, aunque fue ella quien inspiró al creador, el cuerpo y el rostro de la mujer que se ve en la obra son de Betsy, la esposa del pintor. 

Esa obra de arte, considerada por algunos críticos como uno de los cuadros icónicos del hiperrealismo, el tipo de pintura que se asemeja al retrato vivo de la fotografía, permite recordar la importancia de Wyeth para la Historia del Arte, siendo abanderado de la creación norteamericana, porque él, nacido el 12 de julio de 1917, hace un siglo, en el municipio de Chadds Forden, Estados Unidos, logró capturar tradiciones propias de la cultura popular de su país, teniendo como temas centrales de su obra la tierra, sus habitantes, siendo llamado “el pintor del pueblo”. 

“Busco lo real, el verdadero sentimiento de un sujeto, toda la textura a su alrededor... Yo siempre quiero ver la tercera dimensión de algo... Quiero volver a la vida con el objeto”, dijo sobre su trabajo el artista, quien entre otros reconocimientos recibió la Medalla Nacional de las Artes, la Medalla de Oro del Congreso de los Estados Unidos y la Medalla Presidencial de la Libertad.

Un siglo después de su natalicio, además de que su obra El mundo de Christina es uno de los atractivos para los visitantes al Moma, su creación toma vigencia por la manera en que invitó a ver lo simple como algo sorprendente, por cómo entregó riqueza, con manejos esenciales en la técnica como el que hizo de la luz, a lo poco contemplado, en un momento en el cual las artes visuales tenían intereses diferentes, sobre todo en Estados Unidos, donde después llegarían movimientos como el pop-art, con otras estéticas.

Lea también: Martín Caparrós, viajero de ojos abiertos

Para la crítica de arte Úrsula Ochoa, ver las obras de Wyeth es pensar en “lo auténtico”: “Fue auténtico, no sólo porque pintaba su espacio, sino porque sus obras son muy características y bellas. Hay una poética especial en sus trabajos; se ven esos espacios domésticos: una ventana entreabierta, una fachada, el silencioso paisaje y se sabe que alguien estuvo ahí, pero no hay nadie; más aún, cuando el artista decidía incluir animales o personas, vemos solo una figura: un perro, una vaca, o una mujer contemplando el atardecer, así que hay en su trabajo un gran comentario sobre la soledad".

Quizás, esto tenga que ver con sus referentes: una película que vio cerca de ciento ochenta veces: “El gran desfile” de King Vidor, en la década de 1920; la poesía de Robert Frost y la obra de Henry Thoreau (quien nació exactamente 100 años antes que él), a los que se les puede sumar la influencia de su padre, el ilustrador N. C. Wyeth. Finalmente, que su papá lo mantuviera encerrado, debido a sus padecimientos en la infancia, permitió, como lo dijo el artista, que se dedicara a idear un universo propio. 

“Mi padre me mantuvo casi en una cárcel; me guardaba sólo para él en mi propio mundo y no dejaba que nadie se me acercara, esto me hizo permanecer en él”.

Compartir Imprimir

Comentarios:


Destacados

Carlos Vives
Columnistas /

Para adelante y para atrás

El Mundo inaugura
Columnistas /

EL MUNDO fue la casa de la cultura de Medellín

Mabel Torres
Columnistas /

Firmas y responsabilidad

Guillermo Gaviria Echeverri
Columnistas /

La desaparición de EL MUNDO

Fundamundo
Columnistas /

Mi último “Vestigium”

Artículos relacionados

El pintor sudafricano William Kentridge ganó el Princesa de Asturias
Artes Plásticas

El pintor sudafricano William Kentridge ganó el Princesa de Asturias

El jurado destacó que el compromiso social y político del artista.
Artistas colombianos enWashington DC: una buena impresión
Palabra & Obra

Artistas colombianos en Washington DC: una buena impresión 

Un grupo de grabadores en la ciudad y otros municipios exhiben sus obras Artomatic 2017, destacado certamen norteamericano de artes visuales, abierto al público esta...
Pedro Ruis, el pintor
Palabra & Obra

Pedro Ruis, el pintor

Una conversación con el creador sobre su trayectoria, sus búsquedas e intereses en las artes visuales.

Lo más leído

1
Columnistas /

Cinco cosas a favor y cinco en contra sobre el comunismo extinto

Los comunistas son tan enfáticos en su convicción que con la mayoría resulta imposible hacer un diálogo
2
Columnistas /

¿Glorieta, rompoi o romboi?

@ortografiajuanv explica las interrelaciones de culturas y la formación de nuevas palabras
3
Columnistas /

¿Dulcecito o dulcesito?

El elemento que agregamos al final de una palabra para cambiar su sentido se llama sufijo… Este sufijo...
4
Literatura /

¿Qué es un clásico de la literatura?

Para muchos teóricos, la noción podría ampliarse, siempre y cuando se respeten ciertos lineamientos.
5
Palabra & Obra /

Ciencia y humanismo en Leonardo da Vinci

Por qué Leonardo da Vinci es un hito de la humanidad en las artes, las ciencias naturales, el humanismo y...
6
Columnistas /

¿Migrar o emigrar? ¿E inmigrar qué?

Migrar, emigrar e inmigrar hablan de la misma realidad, pero no por ello son sinónimos. Las diferencias...