La presidente electa del Concejo de Medellín, Aura Marleny Arcila Giraldo, dijo enfáticamente que hay un Medellín formal y otra ciudad real.
Al respecto sostuvo que uno de los retos de la capital de Antioquia es acercar a esas dos Medellín, de la cual también manifestó que es una urbe llena de duros contrastes.
Según su óptica, en esta ciudad apenas se está tomando  conciencia de diversos asuntos candentes como el ambiental, la movilidad y las diferentes fuentes de financiación.
Además habló de los cuatro alcaldes que le han tocado en su calidad de concejal, al tiempo que dijo que el tiempo le dará la razón a la gestión que llevó a cabo el exalcalde Aníbal Gaviria.

¿Usted es la primera mujer liberal que es elegida en el Concejo de Medellín?
Estuve mirando el récord desde 1974 y conmigo ajustaremos cuatro mujeres en la presidencia.
En 1997 estuvo Ángela Vélez de Valderrama, conservadora, lo mismo que Marta Cecilia Castrillón en el 2000 y Daniela Maturana en el 2016 el movimiento por firmas Creemos.
Entonces seré la cuarta mujer y la primera liberal en esa dignidad.

¿Y cómo y por qué llegó a la política?
Por un grupo de amigos que me hicieron esa propuesta cuando trabajaba en el sector privado.
Éramos un grupo de amigos, que nos hemos reunido desde hace más de 40 años, que trabajamos en proyectos y en una tertulia que realizamos cada ocho días comenzamos a hablar sobre el por qué no extendíamos nuestra labor profesional hacia la ciudad y nos lanzáramos al Concejo de Medellín y me lo propusieron a mí.
Fue una sorpresa, pero comenzamos a analizar el tema, nada perdíamos e hicimos el ensayo y participamos en las elecciones del 2004 y salí elegida con un poco más de 6.000 votos y hemos venido aumentando la votación y en la última del 2015 obtuvimos casi los 13.000 votos.
En la segunda sacamos un poco más de 9.000 y en la tercera más de 12.000 votos.

¿Entonces, usted ajustó cuatro periodos en el Concejo y cómo analiza el momento histórico que vive la ciudad, cuando le va a tocar liderar su Cabildo Municipal?
Va a ser un hito para el país y para Medellín el proceso de paz de La Habana con las Farc y también con el ELN, pero también el surgimiento y la resonancia de combos y de la delincuencia común.
Es un momento en que se está partiendo en dos la historia de Colombia y de Medellín por ser la segunda ciudad del país y uno espera que todo esto tenga impacto en la vida de sus habitantes, según se implementen todos estos procesos.
Además, el fenómeno de emigración venezolana tampoco estaba en las cuentas y en las proyecciones de las autoridades administrativas de la ciudad al 2030. Entonces, son externalidades que si se saben afrontar desde la institucionalidad se pueden convertir en mayores capacidades técnicas y en intercambios con profesionales del vecino país e incluso en la academia.

¿Qué ha hecho usted y el Concejo por esa Medellín llena de contrastes sociales y económicos?
Es una ciudad llena de contrastes con temas tan candentes de los cuales apenas estamos tomando conciencia en los últimos años, como por ejemplo, el de la calidad del aire.
Este problema tiene que estar en primera fila porque tiene incidencia en la salud y en la vida.
Otro es el tema de la movilidad, al igual que la diversificación de las fuentes de financiación para, por ejemplo, ejecutar el proyecto del Tranvía de la 80, que va a quedar con los siete intercambios proyectados y con la compra de predios, que no puede tener retrocesos, pero que Medellín no puede asumir solo sus costos al ciento por ciento.
Es un momento retador para la ciudad. 

¿Por qué es retador?
Por la complejidad de los problemas, porque los criterios y los paradigmas que hoy se cambien o se definan están cambiando en gran medida el futuro de la ciudad desde todos los puntos de vista, como el ambiental, el de movilidad y el de fuentes de financiación.

Cuatro periodos como concejal, entonces le han tocado cuatro alcaldes. ¿Cuál es su opinión de ellos y su gestión sobre la ciudad?
Medellín ha venido evolucionando con sus más y sus menos en todas sus administraciones y henos dado pasos hacia adelante.
No en vano la ciudad se ha posicionado en la innovación y en la infraestructura de los sistemas masivos de transporte que no se construyen en cuatro años. Cada uno de los alcaldes ha continuado con una visión interesante y cada mandatario ha avanzado.
Me parece que la percepción dentro de unos años de la alcaldía de Aníbal Gaviria será más justa, porque gerenció muy bien a la ciudad, sin decir que los otros no lo hicieron.
De todos ellos tuve el respeto por mis actuaciones dentro del Concejo, con un criterio independiente, nunca con el ánimo de obstruir el avance de la ciudad, pero mi análisis técnico me dictaba que debía votar y no encontré una respuesta negativa de los cuatro alcaldes que me han correspondido cuando vote no.

¿Entonces, cuando la denominan la “dama de hierro” cómo lo toma?
Lo tomo como una persona que defino en un tema, después de estudiarlo y compartirlo, qué posición asumo y que si los argumentos no me convencen yo sigo en mi posición.
Porque soy una mujer disciplina, puntual y desde esos puntos de vista es que asumo ese calificativo de los demás concejales y de otras personas.

Hablemos del Partido Liberal. ¿Cómo está viendo su actual situación y futuro?
La veo bien difícil, pero no es una situación únicamente del Partido Liberal. Los partidos están en crisis y las próximas elecciones van a mostrar unas diferencias con el futuro de la actuación de los partidos.
Si en la reforma política se aprueban las coaliciones vamos a dar un paso muy interesante desde el punto de vista de unos conglomerados políticos mucho más grandes.
En el Partido Liberal hay liderazgos muy importantes y eso ha contribuido a que no se haya disminuido o impactado como lo han hecho otras colectividades.
Subsisten diferentes movimientos y eso es entendible. 

¿Le ve posibilidades a la candidatura de Humberto de la Calle?
El Partido todavía no está completo y una vez se definan lo de la reforma política y la dinámica propia de los partidos, si habrá coaliciones entre ellos y cómo serían esas alianzas, uno podría salir a expresarse.
El equipo nuestro estuvo con Humberto de la Calle porque creemos en él como líder, como político en su experiencia, pero todavía no se puede medir cuáles serán las dos candidaturas fuertes, él puede ser una de ellas, pero hay que esperar las coaliciones.

Volvamos a la ciudad. ¿En qué se debe enfatizar mucho en Medellín?
En disminuir los índices de desigualdad social, que como dicen los habitantes de la comuna nororiental ‘vamos a bajar a Medellín’, porque la consideran como otra ciudad.
Una es la  ciudad formal y la planeada y otra es la ciudad real.
Y uno de los retos sería acercar esa ciudad planeada a la ciudad real que son muy diferentes.

¿Qué piensa usted del tema de género, de la mujer y el hombre, o del rol de la mujer en la vida contemporánea?
Siempre he pensado que en una corporación, en una empresa, en una institución se necesita el concurso de ambos géneros.
Nunca he pensado que la mujer toma mejores decisiones que el hombre y tampoco al contrario, sino que se complementan, que ambos géneros analizan los problemas de una forma diferente, pero se necesita el concurso de ambos géneros.

La U. de M. 
¿Y qué ha sido en su vida la Universidad de Medellín?
El lugar en el que me forme profesionalmente, pero no solo desde el punto de vista académico, sino que tuve una formación integral, desde la ética, del interés general, desde hacer pedagogía sobre la solución de los problemas y de aportar a la gestión pública.
Es una institución que quiero, admiro y que trato de contribuir a su fortalecimiento y engrandecimiento.